A pocas horas del arribo del Papa Benedicto XVI a Brasil, en la que constituye su primera visita a América Latina, se ultiman los detalles para recibir al Santo Padre.
El Monasterio de San Bento acogerá al Papa en su visita a Brasil. En los últimos días, el movimiento ha sido constante con tareas de pintura, arreglos de telas y flores.
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Asimismo, se ultiman los detalles del altar en el Campo de Marte donde el Papa canonizará a Frei Galvao, el primer santo nacido en Brasil, y en el estadio de Pacaembu, donde se reunirá con miles de jóvenes.
Sobre este último encuentro, el periodista italiano Ignazio Ingrao anticipó a la BBC que se espera un discurso “mucho más exigente, principalmente, desde el punto de vista moral. El Papa está tratando de construir una relación nueva, diferente con la juventud. Dice cosas difíciles, pero usa palabras simples con gran poder comunicativo”.
En Aparecida el trabajo es también intenso. Este pequeño pueblo que acoge al santuario del mismo nombre recibirá este fin de semana a Benedicto XVI. La ciudad, de ocho mil habitantes, recibirá también a todos los participantes de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y el Caribe, motivo central del viaje papal.
En el santuario mariano se encuentra la imagen de Nuestra Señora de Aparecida, una Virgen morena que es considerada la madre de todos los brasileños.
Expectativa
En las calles de Sao Paulo se percibe gran expectativa por la llegada del Papa. La sala de prensa ya empezó a repartir las acreditaciones entre los cientos de periodistas que han llegado de todo el mundo para cubrir el evento.
“Espero que el Papa pueda traer un poquito mas de paz para el país. Porque tenemos mucha violencia y falta de valores. Eso es lo que esperamos que traiga paz. Los brasileros estamos muy contentos de que el Papa esté aquí en Brasil”, sostiene Simone Castro de Souza, una feligresa de 29 años.
Leandro Martins, un laico de 25 años, comparte esta idea. “Es muy bueno que nos visite el Papa porque Brasil es un pueblo de mayoría católica y de mucha tradición católica. Los brasileros estamos yendo a Aparecida y espero que podamos mejorar nuestros valores que hemos ido perdiendo a lo largo de los años”, afirma.
Para otros, como Ana Claudia Caili, de 33 años, la llegada de Benedicto XVI despierta recuerdos. “Es muy bueno que el Papa Benedicto XVI venga por primera vez a Brasil, ya que Juan Pablo II vino cuando yo era muy pequeña pero lo recuerdo con muchísima alegría. Este Papa trae mucha esperanza a nuestro país”, manifiesta.