El P. Thomas J. Euteneuer, Presidente de Human Life International advirtió en su columna semanal que la prensa secular no debería tomar a broma el reciente comentario publicado por la cadena televisiva Fox News según el cual Cho Seung-Hui, el asesino-suicida de Virginia Tech, podría haber actuado bajo influencia del demonio.
En su columna, el P. Euteneuer señala que, para los medios seculares, "dado que el diablo no existe, ¿cómo alguien puede ser tan irresponsable de tratar de explicar las acciones de Cho recurriendo a lo espiritual?"
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El Presidente de HLI recuerda primero que, como sacerdote católico, ha tenido numerosos encuentros con el mal, y específicamente con casos de evidentes posesiones demoníacas.
"Es completamente posible que una persona sea totalmente responsable de sus propios actos y esté al mismo tiempo totalmente bajo la influencia del diablo". "Al reconocer la culpa del demonio, nadie queda absuelto de sus culpas; pero menos aún podemos decir que el diablo ha sido un observador desapasionado de crímenes como éstos", señala.
Según el P. Euteneuer, la matanza desencadenada por Cho, la más grave en la historia de los Estados Unidos, "contiene los cuatro signos claros de una influencia demoníaca seria. Estas son las tácticas diabólicas para la destrucción del alma y del cuerpo: aislar, distorsionar, excitar, planear… y luego asesinar".
El Sacerdote señala que aunque no siempre se sabe cómo el demonio ingresa en un alma, lo cierto es que una vez allí, busca tomar control total de la persona "y para ello el aislamiento es la mejor técnica". "Desde todo punto de vista, Cho era un solitario aislado, cuya pertenencia al mal estaba bastante avanzada. No tenía amigos con quiénes hablar, no tenía ni compañeros ni relaciones y ciertamente carecía de cualquier práctica religiosa".
El P. Euteneuer explica que el segundo paso de la acción maligna es tomar control de los pensamientos de la persona, distorsionándolos completamente. "los escritos de Cho previos al crimen y el ahora famoso manifiesto de Cho en video, muestran signos de que el proceso de perversión demoníaca de la mente y los valores era completo".
"Al final él incluso señaló de manera blasfema que moría como Jesucristo por los pecados de otros: una evidencia de pensamiento perverso extremo", explica el Presidente de VHI.
En tercer lugar, un crimen de esta naturaleza, según el Sacerdote, requiere de un importante compromiso emocional.
"Muchos han señalado que la patéticas imágenes de video de Cho imitando la sangrienta película coreana ‘Old Boy’, son evidencia de un alto estado emocional… es muy difícil sostener esa intensidad emocional respecto del mal que planificó y llevó a cabo sin un multiplicador directo de esa fuerza", explica el P. Euteneuer.
Finalmente, señala el Sacerdote, Cho planeó cuidadosamente el ataque. No solamente compró armas y municiones, planificó el día y la hora, incluso programó ejercicios físicos en el gimnasio de la universidad para estar "en forma" para el crimen.
Según el Presidente de VHI, "el diablo debe haber estado muy contento al ver cómo su presa se voló los sesos después de perpetrar el sangriento asesinato de 32 inocentes. Esa es la mayor victoria del demonio".
El P. Euteneuer concluye su reflexión con una emotiva exhortación: "encomendemos todas las víctimas inocentes de este crimen, sus familiares y al perpetrador poseso a la Misericordia de Dios, y comprometámonos nuevamente a proclamar a Cristo y su victoria para que ninguno de los hijos de Dios se pierda jamás".