Durante la ceremonia en la que la Universidad de Burgos le otorgó el Doctorado Honoris Causa, el Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco Varela, defendió la libertad religiosa y advirtió que existe "un retorno del laicismo ideológico radical en lo que fueron los países libres europeos de la segunda mitad del siglo XX, no exceptuada España".
Tras recibir la distinción, el Purpurado recordó que la libertad religiosa es "un bien precioso e indispensable para el desarrollo integral de la persona" y para lograr "el bien común de la sociedad". "El derecho a la libertad religiosa nace y se define en la teoría y en la práctica, primordialmente, desde su afirmación frente al Estado o, más precisa y agudamente, frente al poder político", añadió.
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En ese sentido, el Cardenal se refirió a las presiones que los estados totalitarios ejercieron a lo largo de la historia para empujar la fe religiosa al ámbito privado o, como sucedió en el "Estado pagano" del mundo clásico, anterior al cristianismo, de "determinar y fijar la religión y la moral de sus súbditos".
En su discurso, el Arzobispo añadió que luego del "arco histórico de la libertad religiosa", surge en el siglo XX "otra forma de totalitarismo político en los Estados sustentados ideológicamente en el ateísmo", como fueron la Rusia soviética y sus estados satélites y la Alemania nazi.
"Los ‘partidos’ únicos que los inspiran y dominan" absolutizan "de un modo o de otro, al Estado como la instancia suprema en la determinación e imposición al hombre del fin, del camino y de las fórmulas básicas de conducta para su vida y destino. La negación de Dios les lleva, irremisiblemente, a la negación del hombre y de sus libertades", expresó. Esto, indicó, hizo reaparecer "masivamente" la persecución religiosa "con nueva y refinada crueldad", precisó el Cardenal.
Finalmente, el Purpurado se refirió al llamado del Papa Benedicto XVI para iniciar un diálogo entre "pensadores cristianos y el pensamiento laico europeo" centrado "en los fundamentos pre-políticos, éticos y espirituales, imprescindibles para que el Estado de derecho pueda subsistir en esta delicada hora de crisis de las civilizaciones".
"Diálogo de las culturas y de las religiones, que aleje la tentación de rebajar lo religioso a la categoría de ‘subcultura’, a la vez que contribuya a la retirada intelectual de la pretensión de imponer una visión de Dios sin ‘el Logos’, es decir, de un Dios concebido y pensado desde dentro y desde fuera de su Misterio, siendo y actuando en contra de la razón", señaló.
El discurso completo se encuentra en: http://www.archimadrid.es/princi/menu/vozcar/framecar/discursos/2007/20042007.htm