El Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, hizo un llamado a los católicos de España para que trabajen evitando tres actitudes perniciosas: "la desesperanza, el enfrentamiento y el sometimiento".
"Los cristianos estamos llamados a superar la desesperanza. No podemos sumarnos al lamento de los tristes que todo lo ven mal. Dios nos ama irrevocablemente. Jesús nos ha prometido su presencia y su asistencia hasta el fin del mundo. La Providencia de Dios saca para sus hijos bienes, incluso de los males. La Iglesia y la salvación del mundo son ante todo empresas de Dios. ¡Tenemos tantos motivos para mantener la alegría del servicio y del amor!", explicó el Prelado valenciano.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Seguidamente y tras precisar que "mantener posturas claras, denunciar errores, proponer rectificaciones y defender los contenidos de nuestra fe y de la razón no conlleva ejercer el enfrentamiento personal", el Arzobispo de Valencia recordó que "la historia demuestra que la democracia moderna nació en el ámbito de una cultura cristiana, desarrollada en torno a tres convicciones políticas fundamentales" que son la persona humana, la necesaria distinción entre Iglesia y Estado; y el compromiso por el respeto a los derechos humanos.
"El Evangelio proporciona los elementos necesarios para construir un orden respetuoso con la dignidad de la persona humana como ser libre y responsable de sus actos", prosiguió Mons. García Gasco y aseguró, al hablar del sometimiento, que "el amor no puede subordinarse a una lógica que lo corrompa. La fidelidad al mensaje de Jesús y a la doctrina de la Iglesia exige reconocer su valor permanente, sin diluirse ni someterse a las imposiciones de la cultura ni de la moda intelectual. Hacen un flaco servicio al bien común los cristianos que, por cierto temor al ‘qué dirán’, compadrean con una cultura laicista y hedonista y presentan un credo adaptado al gusto del oyente".
Asimismo, el Arzobispo manifestó la necesidad de "anunciar a Jesucristo favorece el bien común de los pueblos" ya que "cuando las personas descubren una base inconmovible para su felicidad, aprenden a amar y generan bienes incontables para la convivencia, desde el hogar familiar hasta la educación y la enseñanza, o la atención y el cuidado de los más débiles y necesitados".
"Los cristianos reclaman a toda autoridad política la libertad de ejercer su contribución al bien común, sin más límites ni restricciones que las imprescindibles para la paz y el orden público. Si se ataca esta libertad por prejuicios ideológicos se daña el bien humano de una sociedad", anotó.
Finalmente, Mons. García Gasco expresó que "los laicos cristianos están llamados a participar en la vida social y política con esta responsabilidad alegre, esperanzada, respetuosa, valiente y libre. Os animo a vivir y a gozar de la coherencia del amor que surge del Evangelio: el amor hasta el extremo".