El Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, desafió a los maestros católicos argentinos a trabajar en una nueva educación que sea fruto del encuentro con Dios y permita a los jóvenes descubrir el sentido de la vida.

En un mensaje titulado “Educar, un compromiso compartido”, entregado al final de la llamada Misa por la Educación, el Purpurado recordó a las comunidades educativas que “en la ayuda para que nuestros hermanos encuentren una respuesta también nosotros encontraremos renovadamente el sentido de toda nuestra acción y el gozo de nuestra vocación, el lugar de toda nuestra oración y el valor de toda nuestra entrega”.

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

En este sentido, les pidió “aceptar el riesgo de protagonizar una nueva educación, fruto del encuentro con Dios que siempre es novedad y que nos empuja a romper, partir y desplazarnos para ir más allá de lo conocido, hacia las periferias y las fronteras, allí donde está la humanidad más herida y donde los chicos y chicas, por debajo de la apariencia de la superficialidad y conformismo, siguen buscando la respuesta a la pregunta por el sentido de la vida”.

Tras recordar que “profesar una creencia y sostener una determinada manera de ver a la persona y de querer ser seres humanos no es una actitud con mucha prensa en estos tiempos de relativismo y caída de las certezas", advirtió que "a río revuelto ganancia de pescadores: cuanto menos certezas, más lugar para que nos convenzan de que lo único sólido y cierto es lo que los eslóganes del consumo y la imagen nos proponen".

También consideró que “lo último que debemos hacer es atrincherarnos defensivamente y lamentarnos amargamente por el estado del mundo”, y recordó que “no nos es lícito convertirnos en unos desconfiadores a priori –que no es lo mismo que tener pensamiento crítico, sino su versión obtusa– y felicitarnos entre nosotros, en nuestro mundillo clausurado, por nuestra claridad doctrinal y nuestra insobornable defensa de las verdades... defensas que sólo terminan sirviendo para nuestra propia satisfacción. Se trata de otra cosa: de hacer aportes positivos”.

“Se trata de anunciar, de empezar a vivir en plenitud de otra manera, convirtiéndonos en testigos y constructores de otra forma de ser humanos, lo cual no va a darse, convenzámonos, con miradas hoscas y temples de criticones. Se trata de implementar nuestra vocación más profunda no enterrando el denario, sino de salir convencido no sólo de que las cosas se pueden cambiar sino que hay que cambiarlas y que las podemos cambiar”, indicó.

El Purpurado propuso “vivir y transmitir la prioridad de los valores no cuantificables”; inventar “nuevas formas de encuentro entre nosotros”;  incorporar en las clases más “testimonios de cristianos y personas de buena voluntad que han soñado con una humanidad distinta”; y “buscar la forma de que cada persona recupere y ya no pierda aquello que le es más propio”.

más allá de los reduccionismos