En una importante victoria pro-vida, la Corte Suprema de Estados Unidos ratificó la ley que en el año 2003 fue aprobada por el Congreso y firmada por el Presidente George W. Bush, en la que se prohibió el procedimiento conocido como aborto por nacimiento parcial en todo el país.

Con cinco votos a favor y cuatro en contra, los jueces de la Corte Suprema optaron por mantener este brutal procedimiento como prohibido y aclararon a los abortistas que solicitaron revisar el caso, que esta ley no viola el supuesto “derecho” de las mujeres a recurrir a un aborto, creado en la legislación estadounidense.

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Asimismo, la sentencia precisa que prohibir este procedimiento no anula la decisión judicial de 1973 que abrió las puertas al aborto legal en el famoso caso Roe vs. Wade.

De los jueces que votaron a favor de la vida John Roberts, Samuel Alito, Clarence Thomas, Anthony Kennedy y Antonin Scalia, son católicos.

Los abortistas que se oponen a la ley “no demostraron que la norma sea inconstitucional en una gran cantidad de casos relevantes”, escribió el juez Kennedy.

La Corte aclaró en su decisión que el método usado en este aborto, que consiste en extraer parcialmente al bebé del útero materno –entre los seis y nueve meses de gestación- para aplastar o cortar su cabeza, califica como infanticidio y no como aborto.

Los jueces que votaron en contra son Ruth Bader Ginsburg, Stephen G. Breyer, David H. Souter y John Paul Stevens. Para Ginsburg el fallo de la Corte afectaría decisiones previas de este organismo sobre el aborto.

Sin embargo, en la opinión de la mayoría, el juez Kennedy precisó que “la ley permite un método usado comúnmente y generalmente aceptado, así que no constituye un obstáculo sustancial para el derecho a abortar”.

Asimismo, explicó que de acuerdo a testimonios médicos, el aborto por nacimiento parcial nunca es médicamente necesario para salvar la vida de una madre e indicó que había “un desacuerdo médico sobre si la prohibición de la ley resultaría en riesgos sanitarios significativos para las mujeres”.

Kennedy también señaló que la ley puede permanecer vigente incluso “cuando la incertidumbre médica persiste... La Corte otorga a las legislaciones federales y estatales amplia discreción para aprobar leyes en áreas en las que existe incertidumbre médica y científica”.

De igual modo estableció que la Corte asumía que la prohibición federal sería inconstitucional “si sometiera a las mujeres a riesgos sanitarios significativos” y añadió que “existen disponibles opciones médicas seguras”.

En el año 2000, la Corte con algunas diferencias claves en sus miembros falló en contra de la prohibición del aborto por nacimiento parcial. En una votación de 5 a 4 en ese entonces, el juez Breyer indicó que la ley rechazada imponía una carga indebida sobre el derecho a las mujeres a abortar.

Reacción pro-vida

El P. Frank Pavone, Director Nacional de Priests for Life, señaló al conocer la noticia que “el Congreso de Estados Unidos y la vasta mayoría de legisladores estatales y los ciudadanos estadounidenses, han dejado claro durante la última década que este procedimiento –en el que se asesina a un niño al momento de nacer– no tiene lugar en una sociedad civilizada”. “Estamos agradecidos a todos los que trabajaron tan duro para aprobar esta ley y educar al público sobre este procedimiento inenarrablemente violento”, añadió.

El representante Chris Smith, republicano de New Jersey y que sirve como Co-Jefe del Comité Pro-vida, aseguró que “finalmente la Corte Suprema ha encontrado su voz y ha usado su autoridad para defender a los niños indefensos y sus vulnerables madres de la violencia del aborto”.

“Los métodos del aborto envenenan a un niño hasta que muere, lo cortan, rompen o despedazan y vacían el cerebro del bebé indefenso. No hay nada de benigno o compasivo, es solo un acto violento que finalmente destruye la vida de un bebé: es una cruel violación de los derechos humanos”, añadió.

“Las mujeres merecen, alternativas no violentas, defensoras de la vida y positivas en vez del aborto. Desde 1973, casi 49 millones de bebés han sido masacrados por lo que es eufemísticamente llamado choice (opción)”.

Por su parte, el Dr. Paul Schenck, Director Ejecutivo del Pro-life Action Center en el Capitol Hill, dijo que la decisión de la Corte Suprema es el primero de una serie de fallos necesarios. “En su opinión, la Corte hoy ha comenzado a corregir una terrible equivocación. Los abortos por nacimiento parcial, como demuestran los testimonios en tribunales inferiores así como argumentos orales, son equivalentes al infanticidio”, precisó.

El Dr. Schenck recordó que el procedimiento “es un acto inmoral, médicamente innecesario y debe ser condenado no solo por esta Corte, sino por toda corte y legislatura en el país. La mayoría de la corte ha ratificado el rechazo de estos actos contra los niños inocentes en el mismo momento de su nacimiento. Su decisión es una demostración alentadora de fortaleza moral”.

Troy Newman, líder de Operation Rescue (Operación Rescate) calificó a la decisión como “otra victoria de las recientes del movimiento pro-vida”. “Vemos un notable decrecer en el número de abortos anuales y un sorprendente incremento en el número de clínicas abortistas cerradas. Además, las encuestas muestran que Estados Unidos es cada vez más pro-vida, especialmente entre las jóvenes generaciones”.