El Presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP), Mons. Jorge Ortiga, indicó que ante la nueva ley abortista que se ha aprobado en el país “alentamos la necesidad de garantizar el derecho fundamental a la objeción de conciencia, que no se puede negar, ni se puede discriminar a quien ejerce la carrera profesional”
"El marco jurídico de la ley no se limita a despenalizar el aborto, sino que hace de esta práctica un derecho, una conducta legal y, por lo tanto, que puede recibir colaboración activa por parte del estado”, dijo el también Arzobispo de Braga al inaugurar la Asamblea Plenaria de la CEP que terminará el 19 de abril en Fátima.
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Tras destacar que “en democracia no hay leyes intocables ni irreversibles”, el Prelado precisó que esta norma es “una ley injusta, y que por esa razón, no podemos dar nuestro apoyo”. "La verdad es que, si hubieran alternativas válidas, la mayoría de las mujeres no optaría por el aborto”, añadió.
En ese sentido, la Iglesia se compromete a “responder a la banalización del recurso al aborto a través del trabajo de todas las comunidades cristianas, en el apoyo solidario a las mujeres embarazadas y las familias que tienen problemas para asumir la maternidad”.
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