El Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, afirmó que por el bien real de las personas, la Iglesia no puede dejar de denunciar y desenmascarar el laicismo mientras este sea propugnado desde el poder.
En su carta semanal, el Prelado denunció la intolerancia y agresividad del laicismo, el cual "pretende desprestigiar a la Iglesia para acelerar la implantación del relativismo moral como única mentalidad compatible con la democracia". Para ello, indicó, no duda en ridiculizar la fe, identificando al cristiano como fundamentalista ignorante y asociando al intelectual con el agnóstico.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Todo vale para arrinconar al cristianismo: ridiculizarlo, manipularlo en los medios de comunicación social, anularlo o vaciarlo de contenido". Sin embargo, afirmó, "como tantas otras ideologías falsas, este laicismo está llamado a desaparecer porque ni hace justicia a la verdad ni a la libertad y dignidad de los seres humanos".
El Prelado advirtió a los feligreses que "la pretensión de extender el ateísmo no se reduce a una discusión teórica", pues el deseo de expulsar a Dios de la vida social hace que se creen ídolos, como la adoración al dinero, la fama, el poder, el placer y la tecnología, "auténticos tiranos que impiden o dificultan que las personas alcancen su madurez y su plenitud".
Mons. García-Gasco también se refirió a la existencia de un laicismo militante y otro práctico. Indicó que el primero "aspira a tener una clara incidencia en la vida diaria de las personas", creyentes o no, configurando "una sociedad enfrentada con los valores fundamentales de nuestra cultura"; y que sitúe "a los cristianos en un mundo culturalmente extraño y hostil".
El laicismo práctico, explicó, "está empeñado en negar la existencia de una ley natural" como si fuese una conquista de la libertad. "La ley natural es reconocida por las grandes culturas de la humanidad. Quienes quieren obviar este gran edificio, propugnan una moral necesariamente a merced de quienes detentan el poder político en un determinado momento y de quienes cuentan con medios eficaces para generar opinión pública", señaló.
El Prelado también se refirió a la asignatura de religión y la imposición de la materia "Educación para la ciudadanía", "que en realidad debería llamarse ‘ateísmo científico’, recordando las cátedras de adoctrinamiento marxista en la extinta Unión Soviética".
Finalmente, tras denunciar la alarmante difusión del aborto, el divorcio exprés, el apoyo a la ideología de género y la investigación con seres humanos; Mons. García-Gasco reafirmó que la Iglesia no dejará de denunciar esta ideología por el bien real de las personas.