El Arzobispo de Corrientes, Mons. Domingo Salvador Castagna, lamentó que "el acontecimiento de la Resurrección de Cristo, que trajo al mundo una vida nueva no sea resaltada por los medios de comunicación y más bien se opte por destacar programas con un vacío espectacular de los valores cristianos".
En su mensaje con motivo de la Pascua 2007, el Prelado indicó que "es penoso comprobar la pérdida generalizada de la sensibilidad para el bien y la virtud", y apreciar que "el mensaje pascual se enfrenta con un mundo cada vez más descristianizado y repaganizado".
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"La trascendencia, negada por el agnosticismo moderno es una tendencia del corazón humano. Su negación emana de la irracionalidad del ateísmo. La soberbia es el único impedimento para percibir e identificar esos humanos dictámenes, mientras que los humildes están siempre en camino de descubrir a Dios como verdad de verdades", indicó.
Mons. Castagna destacó también que "desearnos felicidades es desearnos el bien verdadero, el que todos necesitamos para frenar este peligroso descenso al abismo, al que se precipitan muchos. Es un saludo dirigido a la capacidad de reflexión de cada uno, impregnado de la gracia de la palabra de Dios y destinado a instalarse en la vida, bombardeada por mensajes ajenos a la fe".
"Vivimos en un espacio de tiempo misteriosamente acordado por el Señor, y hoy es una buena ocasión para aprovechar ese espacio y movernos en él con mayor agilidad. El recuerdo de la gente que hemos conocido y que ya no está, más que ocasionarnos miedo debe ser estímulo para que del inexorable final devenga un feliz comienzo", concluyó.