Durante la homilía de la solemne celebración del Domingo de Ramos, el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México, defendió enérgicamente el derecho de la Iglesia a manifestar su opinión públicamente, especialmente ante las amenazas o los ataques contra la vida; a la vez que pidió a los fieles laicos actuar y proclamarse en favor del derecho a vivir.
Tanto durante la homilía en la Catedral Metropolitana como en un enérgico mensaje leído después del acto litúrgico, el Cardenal Rivera rechazó todo intento por legalizar el asesinato de los no nacidos en el vientre de la madre.
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“Haciendo eco de las enseñanzas del magisterio tradicional y oficial de la Iglesia, Juan Pablo II vuelve a repetirle al hombre de hoy su reprobación de todo lo que se opone a la vida”, dijo el Purpurado, al recordar el segundo aniversario de la partida a la Casa del Padre del Siervo de Dios Juan Pablo II.
Tal es el caso de “los homicidios de cualquier género, los genocidios, el aborto, la eutanasia y el mismo suicidio asistido”, dijo el Cardenal citando al Papa Juan Pablo.
“El recordado Juan Pablo II se opuso a todo lo que viola la integridad de la persona, como las mutilaciones, las torturas corporales y mentales e incluso los intentos de coacción psicológica que ofende a la dignidad humana”, dijo el Cardenal Rivera; y recordó que el hoy Siervo de Dios “denunció siempre la ignominia y gravedad del aborto al denominarlo un ‘crimen nefando’ y subrayó la gravedad moral de este tema pues, dijo, se trata de un homicidio”.
Enérgico comunicado
Al concluir la Misa de Domingo de Ramos, el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, Mons. Marcelino Hernández, leyó una declaración en la que reitera la posición de la Iglesia contra el aborto y su despenalización.
“Tengamos la convicción de que sin detrimento a la dignidad y los derechos de las mujeres, no hay causales que puedan justificar el rechazo del bien precioso de la vida de un niño o de una niña, independientemente de las condiciones de su concepción, de su estado o de su desarrollo”, señala el texto.
El mensaje, firmado por los Obispos de la Arquidiócesis y el Cardenal primado, advierte: “Que ningún mexicano se atreva a atentar contra la vida de un ser humano que se gesta en el vientre de su madre” y recuerda que una mujer que aborta no está decidiendo sobre su propio cuerpo, sino sobre la vida de un ser humano que jamás podrá ser considerado un agresor injusto.
“Por ello nos dirigimos ahora en primer lugar a todos los hermanos y hermanas en la fe, de quienes nuestra ciudad espera el correr de estos ríos de agua viva para sanearla de todo desprecio y atentado a la vida humana”, concluye el documento.