Hoy, "hace mucha falta una renovada capacidad de amar a los hermanos. Saliendo de esta celebración, estén preparados para retar al amor en sus familias, en sus relaciones con sus amigos e incluso con quienes los hayan ofendido. Estén preparados para incidir con un testimonio verdaderamente cristiano" toda la sociedad, dijo el Papa Benedicto XVI a los más de 15 mil jóvenes que asistieron a la liturgia penitencial celebrada hoy en la Basílica de San Pedro.
Este es "un encuentro en torno a la Cruz, una celebración de la misericordia de Dios en el sacramento de la confesión que cada uno de vosotros podrá experimentar personalmente", así inició el Santo Padre el rito penitencial que ha presidido y en la que también estuvo presente el Vicario para la diócesis de Roma, Cardenal Camillo Ruini.
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Esta liturgia penitencial sirve también como preparación para la 22° Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará el 1 de abril, Domingo de Ramos. "En el corazón de cada hombre" hay "esta sed de amor"; señaló el Pontífice a los jóvenes al recordar el tema de esta JMJ "Como yo los he amado, así ámense los unos a los otros".
Tras indicar que el cristiano "no puede vivir sin amor", el Papa indicó que así también "si no encuentra amor verdadero no se puede decir plenamente cristiano". "El amor de Dios por nosotros" se ha hecho "visible en el misterio de la Cruz", explicó el Pontífice, "un amor crucificado" que "culmina en la alegría de la Resurrección y la Ascensión" y "en el don del Espíritu Santo por medio del cual esta noche serán redimidos los pecados y será concedidos el perdón y la paz".
"Con el Bautismo, ya han nacido a la vida nueva en virtud de la gracia de Dios", pero "ya que esta vida nueva no ha suprimido la debilidad de la naturaleza humana" se nos ha dado "la oportunidad de recurrir al sacramento de la confesión", dijo el Papa a los jóvenes a quienes también recordó que "cada vez que lo hagan con fe y devoción, el amor y la misericordia de Dios moverán vuestros corazones" hacia "el ministro de Cristo. A él se le expresa el dolor por los pecados cometidos, con el firme propósito de no pecar más" y "con la disponibilidad de acoger con alegría los actos de penitencia que indique para reparar el daño causado por el pecado. Así podrán experimentar el perdón de los pecados, la reconciliación con la Iglesia, la recuperación, si se perdió, del estado de gracia".
"Cristo nos atraerá a sí para unirse a cada uno de nosotros, para que aprendamos a amar a los hermanos con su mismo amor", subrayó el Santo Padre.
"Vivan la confianza en el amor verdadero, que comporta siempre el recíproco respeto, casto y responsable" ha dicho también el Papa a las parejas de novios presentes. Pero si en cambio "el Señor llama a alguno de vosotros a una consagración particular, sean prontos a responder con un sí generoso y sin condiciones", concluyó.
Durante el Rito para la Reconciliación presidido por el Pontífice, los jóvenes han tenido la posibilidad de confesarse con el Papa y con otros 200 sacerdotes presentes en la Basílica vaticana.