Los participantes del I Congreso Pro-vida y Familia que se reunieron en Guayaquil del 22 al 25 de marzo emitieron una Declaración a Favor de la Vida en la que reiteran la "opción clara y decidida a favor de la vida, desde el momento mismo de la concepción, y por encima de cualquier circunstancia, hasta su término natural".
En la declaración, recuerdan que "todo católico, desde su personal vocación, debe trabajar para rescatar, conocer mejor, dar a conocer y defender el valor de la vida humana".
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Dentro de las acciones propuestas para la defensa de la vida, la declaración propone que "los padres de familia, como primeros y principales educadores de los hijos, han de lograr desde su hogar, por el testimonio de vida y su palabra, que se conozca el verdadero valor y significado de la vida humana".
"Incluir o potenciar asignaturas en los programas de estudio que, desde el punto de vista científico, filosófico y religioso transmitan la verdad sobre el valor de la vida humana", prosigue y precisa que "todas las instancias identificadas con la causa de la vida, logren que los medios de comunicación, lejos de ser difusores de la cultura de muerte, se transformen en difusores y defensores de la vida".
Asimismo, exhorta a los "profesionales católicos, cada uno en su ámbito" a que "sean testigos valientes y eficaces difusores del Evangelio de la vida en contra de la cultura de muerte" y que "los clérigos y consagrados, con el testimonio de su propia vida y su palabra, deben mostrarse plenamente identificados con el Evangelio de la vida".
Marcha pro-vida convoca a cinco mil ecuatorianos
Una impresionante peregrinación a la que asistieron más de cinco mil personas se realizó el sábado 24 por la noche por las calles de Guayaquil, como una de las actividades organizadas por el I Congreso Nacional Pro Vida y Familia.
Portando antorchas, cantando y rezando, gente de todas las edades siguió a la imagen de Nuestra Señora de la Buena Esperanza. El recorrido se inició a las 7:00 p.m. en la explanada del Estadio Modelo y avanzó por las calles del centro de la ciudad hasta subir por el Cerro del Carmen en cuya cima está una gran imagen del Sagrado Corazón de Jesús.
A los peregrinos no les importó el calor, el cansancio o la noche; avanzaron con gran devoción, pidiendo por la protección de la vida y la familia. Debido a la gran multitud que llegó hasta la cima, no todos pudieron subir hasta el sitio de la imagen pero se instalaron pantallas gigantes para que todos pudieran seguir la liturgia y recibir la bendición final.
La peregrinación contó con la presencia de Mons. Néstor Herrera, Obispo de Machala y Presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Antonio Arregui, Arzobispo de Guayaquil, Mons. Gonzalo López Marañón, Obispo de Sucumbíos y Mons. Marcos Pérez, Obispo Auxilar de Guayaquil.