El Cardenal Antonio González Zumárraga, Arzobispo Emérito de Quito, destacó que "algunos grupos que quizá sin saberlo están luchando contra la ley natural y por consiguiente contra Dios, han intentado crear un derecho a matar”, en su ponencia "La Vida en las Leyes o en la Legislación", presentada en el I Congreso Pro-Vida y Familia realizado en esta ciudad ecuatoriana.
Al hablar de la “embestida internacional a favor de la cultura de la muerte”, el Cardenal denunció que algunos grupos minoritarios "pretenden mostrar visos de legitimidad y desbancar la cultura de la vida por ser, supuestamente, una cosa anticuada, algo injusto o inhumano…!De una forma increíble hoy se presenta a la muerte como lo digno y a la vida como lo indigno!".
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"Los atentados contra la vida como el aborto o la eutanasia siempre han sido desde el punto de vista teológico un pecado, y desde el punto de vista jurídico un delito penalmente punible, al menos en la mayoría de países hasta hace muy poco. Sin embargo, en las últimas décadas hay una corriente que pugna por conseguir reconocer esos atentados contra la vida como un derecho humano”, continuó el Arzobispo Emérito de Quito.
“Esa desquiciada lucha –prosiguió el Cardenal– por conseguir el reconocimiento del derecho a matar no suele hacerse de frente: la mayor parte de las veces el tema no se discute en los órganos representativos de la sociedad, como lo son el parlamento o el senado. Para evitar la confrontación en la opinión pública, la estrategia pro-muerte generalmente ha preferido introducir sus políticas a través de las cortes constitucionales o de los tribunales internacionales".
El Cardenal Antonio González lamentó que la cultura de la muerte esté presente también en Ecuador, país que garantiza en su Constitución el derecho a la vida "desde su concepción" y denunció que la nueva Ley Orgánica de Salud promueve la píldora del día siguiente.
La Iglesia Católica, explicó el Purpurado, "reivindica para todo ser humano el derecho a la vida como derecho primario. Lo hace en nombre de la verdad del hombre y en defensa de su libertad, que no puede subsistir sin el respeto a la vida. La Iglesia afirma el derecho a la vida de todo ser humano inocente y en todo momento desde su existencia".
"La distinción que se sugiere a veces en algunos documentos internacionales entre ‘ser humano’ y ‘persona humana’, para reconocer luego el derecho a la vida y a la integridad física sólo a la persona ya nacida, es una distinción artificial sin fundamento científico ni filosófico: todo ser humano, desde su concepción y hasta su muerte natural, posee el derecho inviolable a la vida y merece todo el respeto debido a la persona humana", precisó.
Asimismo, el Purpurado exhortó a los participantes en el Congreso a defender la vida desde todos los ámbitos "Hacen falta gentes de todas las profesiones que salgan a defender este valor fundamental del ser humano: médicos, farmacéuticos, moralistas, teólogos, abogados y juristas; políticos, informadores, publicistas, sociólogos… Ninguno de nosotros puede desentenderse de esta labor", aseguró.
"Una concepción auténtica del derecho natural, entendido como tutela de la eminente e inalienable dignidad de todo ser humano, es garantía de igualdad y da contenido verdadero a los ‘derechos del hombre’, que constituyen el fundamento de las Declaraciones internacionales", precisó el Purpurado.
Seguidamente el Cardenal dijo que "todo ser humano tiene el derecho de actuar en conciencia y puede objetar el cumplimiento de las leyes inmorales".