El Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y Arzobispo de Tunja, Mons. Luis Augusto Castro Quiroga, destacó la necesidad de defender la vida y la familia en su mensaje para Semana Santa titulado “Tiempo de gracia, de reconciliación y de paz”.
El Prelado explicó que “la Semana Santa que se acerca es la oportunidad que el Señor nos ofrece a todos, creyentes y no creyentes, para dedicarnos a la reflexión, al análisis serio de nuestra realidad, a la conversión sincera y al compromiso decidido”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Seguidamente destacó que “la vida humana debe llamar especialmente nuestra atención, pues el atropello permanente a la vida de las personas, sigue expresándose en asesinatos y secuestros, en el terrorismo y la violencia, el narcotráfico, la deshonestidad y la corrupción, la promoción y defensa del aborto, hechos que manifiestan el deterioro moral y la pérdida de valores humanos indispensables para la subsistencia de la sociedad”.
Tras recordar que “el mensaje de la Pascua, es el mensaje de la vida plena para todos los seres humanos”, Mons. Castro exhortó al “Gobierno y el Congreso promuevan una ley que institucionalice la Jornada Nacional del Niño por Nacer, para el 25 de marzo de cada año, expresión del compromiso serio a favor de toda vida humana desde el vientre materno”.
El Arzobispo de Tunja recordó asimismo que “la reconciliación y el perdón, el reencuentro, el diálogo y la sana convivencia entre todos continúa siendo el mensaje de la Iglesia. La construcción de la paz, como compromiso ineludible de todos nos obliga a respetar la dignidad de cada ser humano, a buscar la solución pacífica y dialogada de nuestros conflictos, compromiso que parte desde la misma familia”.
Al recordar la necesidad de las familias de vivir la pascua en este ámbito, el Presidente de la CEC destacó que “nuestras nuevas generaciones, niños y jóvenes, necesitan hoy más que nunca, el anuncio de la salvación. Para ello, no hay mejor espacio y ambiente que la propia familia. La transmisión de la fe y de los valores humanos y culturales son responsabilidad primera del hogar”.