El Arzobispo de Bulawayo, en el sur de Zimbabwe, Mons. Pius Ncube, llamó a la población de ese país a exigir en las calles "con desobediencia civil no violenta" la dimisión del anciano Presidente del país, Robert Mugabe, que mantiene un "horrible y opresivo" sistema que niega a los ciudadanos sus derechos fundamentales.
El Prelado dijo en una rueda de prensa que la población debe protestar contra los abusos del gobierno de Mugabe, de 84 años de edad, afrontando la crítica internacional sobre las medidas adoptadas con la oposición.
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"El gran problema con los zimbabwenses es que son cobardes, yo incluido, pero por mi parte, yo estoy preparado para ponerme de pie al frente, incluso enfrente de las armas", expresó. "Si los zimbabwenses están preparados para resistir, yo también lo estoy. No nos van a amedrentar", añadió el Arzobispo que critica el régimen opresivo liderado por Mugabe.
En sus declaraciones, el Prelado señaló que "los derechos humanos son concedidos por Dios. Nadie tiene el derecho de pisotearlos. Está justificado que la gente practique una desobediencia civil no violenta".
"El hambre acecha nuestra tierra y el Gobierno no hace nada para corregir nuestra situación. La gente está enfadada y debería levantarse, llenar las calles y exigirle a este hombre (Mugabe) que dimita", agregó.
En lo que Mons. Ncube ha llamado "campaña de intimidación y violencia contra cualquier persona o institución que desafía la autoridad del presidente", el líder del opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), Morgan Tsvangirai, fue torturado por la policía junto con un centenar más de opositores.
Mugabe sugirió hace unos días la posibilidad de que los diplomáticos que, a su juicio, practiquen una injerencia en los asuntos de Zimbabwe, dejen el país.
Piden oraciones
De otro lado, la agencia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) informó haber recibido recientemente un mensaje de un sacerdote zimbabwense que prefiere permanecer en el anonimato en el que denuncia la situación que atraviesa el país.
"La situación política en Zimbawe está acercándose al punto de ebullición. Probablemente hayan visto en los últimos días en los medios de comunicación internacionales las brutales escenas en las que se ataca al líder y los miembros del único partido que ofrece una oposición viable. Para nosotros, que pertenecemos a la base, la brutalidad de un Gobierno que declara estar al servicio de los intereses del pueblo zimbabwense nos avergüenza ante la familia global. En estos tiempos ya nadie se hubiera esperado tales muestras de barbarismo en un país que dice ser una nación democrática, pero ésta es la triste realidad de nuestro amado país, Zimbabwe".
El mensaje prosigue: "Al igual que en ocasiones anteriores, les pido que recen por nosotros. En estos momentos, Zimbawe necesita sus oraciones más que nunca, porque el pueblo afronta numerosos problemas como la alta inflación, el desempleo, la carencia de alimentos y la violencia política".
"Sea como fuere, empezamos a ver algo de luz al final del túnel. Este régimen en bancarrota se ha quedado sin ideas, sin dinero y sin credibilidad política, y por eso sólo le queda el recurso del uso de la fuerza contra su propio pueblo", concluye.