El Sistema Informativo Arquidiocesano de México (SIAME) señaló en su editorial de ayer que “la actual iniciativa de reformas a ley para la despenalización del aborto que se ha presentado en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal ha dado pie para poner en evidencia, una vez más, el rostro autoritario y fascista del Partido de la Revolución Democrática (PRD)”.
En el editorial titulado “El aborto: ¿Debate o imposición?”, el SIAME explica que “es deplorable constatar que sigue vigente en México la actitud antidemocrática de algunos partidos políticos que con actitudes arrogantes se empeñan en proponer leyes contrarias a los valores de aquellos a quienes sirven”.
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“No es sorpresa para nadie que un grupo de diputados perredistas de la Asamblea Legislativa del D.F., marcados por la ideología del ‘pensamiento débil’ –que no de retraso mental que podría justificarlos– estén obstinados en legislar contra la vida como se hace con tintes de modernidad en diversas latitudes del mundo, lo que verdaderamente sorprende es la actitud del actual Jefe de Gobierno del Distrito Federal, porque como gobernante debe atender las causas de todos y no solo la opinión de minorías radicalizadas”, prosigue el editorial .
El editorial denuncia que “es sumamente preocupante la serie de contradicciones manifestadas” por el actual Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubon, “que ‘no se ha dignado reconocer’ al Presidente Constitucional de México, porque considera que fue elegido en condiciones poco claras, cuando él fue impuesto como candidato de su partido pasando por encima de la voluntad de los perredistas, utilizó todo el clientelismo de ese partido y enormes recursos del anterior gobierno del D.F. para avasallar en la capital del país, abusó de los métodos corruptos y antidemocráticos por todos conocidos del partido que gobierna actualmente al Distrito Federal y, finalmente, él fue elegido en la misma contienda que dice desconocer”.
“En la actual discusión sobre el aborto, si no es capaz de ser congruente con sus principios, por lo menos debería esperar prudentemente para que la sociedad se exprese”, precisa el editorial del SIAME.
Seguidamente destaca que “una descalificación de la opinión de los católicos porque sus argumentos se apoyan en ideas religiosas es simplemente inaceptable. La opinión de los católicos se apoya en argumentos científicos y racionales que también deben traducirse en políticas públicas para el bien común”.
“Lo que la Iglesia está defendiendo es la dignidad y los auténticos derechos de todos los hombres y mujeres que tienen su punto central en la vida misma, especialmente la de los más indefensos e inocentes: los que están por nacer o los que están por morir. Se equivocan rotundamente quienes piensan que se trata de un debate sobre asuntos de poder político: se trata de un debate sobre asuntos científicos, éticos y morales que tienen que ver con todos los ciudadanos, con el futuro de la sociedad”, subraya la publicación del Arzobispado.
Tras indicar que “en una sociedad democrática los valores religiosos que orientan la vida de los ciudadanos pueden convertirse, válidamente, en principios políticos”, el editorial resalta que como en los inicios del cristianismo, “el cristiano siempre tendrá la libertad interior de vivir de acuerdo a sus convicciones respetando y amando la vida y trabajando por crear un mundo más justo y digno para todos”.