"El objetivo central del magisterio y del ministerio del Papa Benedicto es recuperar la identidad cristiana en su autenticidad y explicar y confirmar la inteligibilidad de la fe en un contexto de secularismo difundido", precisó el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone.
Así lo expresó el pasado lunes por la noche en su intervención de un encuentro promovido por la Asociación Ética y Finanza en la ciudad de Milán, a pocos días de cumplirse dos años, el 19 de abril, del pontificado del Santo Padre.
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Para el Papa, continuó el Purpurado, "el relativismo se ha convertido en el problema fundamental de la fe de nuestros días". Se trata de un actitud que "no se expresa solamente como una forma de renunciar a la verdad inalcanzable, sino que se define también recorriendo las ideas de la tolerancia y conocimiento de la libertad", dijo.
Para el Purpurado, "el relativismo se presenta como la base filosófica de la democracia, la cual se fundaría en el hecho de que ninguno puede pretender conocer el camino correcto". En este aspecto, el Papa, prosigue el Cardenal, se hace un "anunciante apasionado" de la verdad que es una persona, es Cristo, "el único y universal Salvador" y por esta razón proclama a todos los pueblos: "Jesús no puede ser relativizado como uno de tantos genios religiosos".
Tras precisar que el Papa alienta siempre al respeto por la vida del ser humano, el Secretario de Estados señaló que Benedicto XVI "no quiere caer en el error de construir un catolicismo político" porque "la fe no indica recetas políticas sino que quiere simplemente contribuir a la purificación de la razón".
Luego de recordar que la Iglesia es el Cuerpo de Cristo y no una agencia social ni un cuerpo administrativo, el Cardenal Bertone explicó, hablando del momento histórico actual, que "Benedicto XVI se encuentra frente a un planeta dividido y lleno de muchos problemas: el fundamentalismo islámico, la indiferencia de los países ricos, la confusión de las sectas, la desorientación causada por la pobreza del tercer y cuarto mundo, mientras que al mismo tiempo se constata una nueva vitalidad económica en Oriente. También está el asunto del ecumenismo. Con el mundo de los ortodoxos, en Moscú y en otros lugares, hace falta superar antiguas diferencias".
En estas situaciones, prosigue el Purpurado, el Papa promueve el diálogo "con los exponentes del pensamiento humano: de la ciencia, la filosofía y la teología para descubrir que son todas expresiones de la razón auténtica, abierta a la trascendencia y que todas tienen la tarea de comprender que la realidad es una y que el hombre es uno".
El Secretario de Estado recuerda que "hay dos palabras que recorren las intervenciones del Papa Benedicto: alegría y amistad. El Papa nos hace experimentar que tenemos a un Dios cercano, un amigo", y quiere hacerle entender a todos "lo bello y gratificante que es ser cristiano y por ende tener esperanza en el encuentro con una Persona que da a la vida un nuevo horizonte".