Al recibir hoy en el Vaticano al nuevo Embajador del Perú ante la Santa Sede, Alfonso Rivero Monsalve, el Papa Benedicto XVI expresó su deseo de que “continúe la mutua colaboración entre el Estado y la Iglesia” en el país sudamericano, “que hasta ahora ha dado buenos frutos”, y aseguró el compromiso de ésta en la protección de la vida humana “desde su concepción hasta su término natural” garantizada por la Constitución peruana.
En su discurso, el Santo Padre constató que los “profundos cambios” que experimenta actualmente el Perú “inciden directamente en las personas y en sus valores”. Por ello, resaltó los esfuerzos realizados “por la Iglesia y el Estado en materia de educación y en el uso de las nuevas tecnologías, con el fin de generar una mayor inclusión de los sectores menos favorecidos”. Asimismo, señaló que la subsistencia de “problemas morales y religiosos” que ambos deben afrontar.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
“Se sabe que el Perú –continuó el Pontífice– quiere hacer frente adecuadamente al fenómeno de la globalización aprovechando las oportunidades ofrecidas por el crecimiento económico, de modo que la riqueza producida y otros bienes sociales lleguen a todos de modo equitativo” y constató que los peruanos “esperan también que los servicios de salud atiendan debidamente a todas las capas sociales; que la educación sea patrimonio de todos, mejorando su calidad a todos los niveles; que frente a la corrupción impere la integridad que permita la acción eficaz de las diversas instituciones públicas, ayudando así a superar tantas situaciones de hambre y miseria”.
Tras reconocer que el Estado tiene su competencia propia en los asuntos sociales, políticos y económicos, subrayó que la Iglesia tiene como misión “la salvaguarda y difusión de la verdad sobre el ser humano, el sentido de su vida y su destino último que es Dios”.
“Ella es fuente de inspiración a fin de que la dignidad de la persona y de la vida, desde su concepción hasta su término natural, sea reconocida y protegida, como garantiza la Constitución Peruana. Por esto, seguirá colaborando de manera leal y generosa en la educación, en la atención sanitaria y en la ayuda a los más pobres y necesitados”, dijo el Papa.
Más adelante, el Santo Padre aseguró el apoyo de la Sede Apostólica a “todo el esfuerzo social que ya se lleva a cabo, para que haya siempre igualdad de oportunidades y cada peruano se sienta respetado en sus derechos inalienables”.
“Por eso, el Episcopado del Perú seguirá fomentando, a la luz del Evangelio y de la doctrina social de la Iglesia, la búsqueda de la verdad en el campo familiar, laboral y sociopolítico. Por su parte, los católicos peruanos están también llamados a ser fermento del mensaje cristiano en las instituciones sociales y en la vida pública, para contribuir así a la construcción de una sociedad más fraterna”.
La Iglesia, explicó, “enseña además que solo en el respeto de la ley moral, que defiende y protege la dignidad de la persona humana, se puede construir la paz favoreciendo un progreso social estable. Por eso es de desear que continúe la mutua colaboración entre el Estado y la Iglesia en el Perú, que hasta ahora ha dado buenos frutos”.
En su intervención, y tras enviar su saludo “al querido pueblo peruano”, el Santo Padre recordó su visita al país en 1986 cuando era Cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. “Conservo un gratísimo recuerdo de aquellos días, sobre todo de mis encuentros con personas sencillas de barrios populares, tanto en Lima como en el Cuzco”, compartió.