El connotado teólogo italiano y especialista en eclesiología, Mons. Bruno Forte, dijo que "muchos hablan de esta Exhortación simplemente sin haberla leído: esto hace que absoluticen cuatro o cinco líneas del texto" y recomendó "una lectura más amplia, más serena de este documento" para "conocer los puntos fuertes del mismo que son bellos y positivos".
El también Arzobispo de Chieti-Vasco explicó que como primer elemento de la Sacramentum Caritatis, distingue "esta profunda percepción de la relación entre Eucaristía y caridad y amor. La Eucaristía es una historia de amor, es una presencia del amor de Dios entre los hombres, de su cercanía, de su compasión por el sufrimiento humano. Creo que esto es un extraordinario mensaje, una buena noticia, que sale al encuentro de la gran necesidad de solidaridad, comunión".
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"Una segunda dimensión es este profundo reclamo del aspecto contemplativo de la vida: la adoración. Vivimos en una época de prisa, en donde todo es ‘fast’, ‘fast food’ y así va la cosa. Hace falta reencontrar el espacio de adoración, de silencio contemplativo y escucha, de dejarse humildemente iluminar por el Otro", prosiguió.
Tras destacar que "la Eucaristía no es solo fuente y culmen de toda la vida de la Iglesia en cuanto la cercanía de Dios para con nosotros", Mons. Forte dijo que ésta es también una forma "de responder a la profunda vocación contemplativa de la que tenemos enormemente necesidad para reencontrarnos a nosotros mismos y vivir los valores eternos".
Al comentar la "coherencia eucarística" de la que habla el Santo Padre en la exhortación apostólica, el experto en eclesiología dijo que "se trata de la correspondencia entre la fe vivida y la fe celebrada. En otras palabras, quien vive la Eucaristía debería llevar en la vida el don de este encuentro de amor con el Dios que se ha hecho cercano, que se ha hecho pan para nutrir la existencia".
"Y esta coherencia eucarística esta fidelidad, podemos decir, al Dios cercano, va traducida en todos los aspectos de la vida personal y también en el testimonio en la vida pública. De modo particular, el documento se refiere a la necesidad de testimoniar los ‘valores no negociables’ que además están enumerados: la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, la familia fundada sobre el matrimonio, la libertad de educar a los hijos, la promoción del bien común", aseguró el Arzobispo.