El Papa Benedicto XVI y el Presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, dialogaron ayer por la tarde en el Vaticano sobre diversos temas bilaterales y asuntos internacionales de actualidad como la situación de Oriente Medio, además de los problemas del extremismo y la intolerancia que amenazan la convivencia y la paz.
En un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede se dio a conocer que “los coloquios, que se han desarrollado en un clima muy positivo, han permitido constatar las cordiales relaciones entre la Santa Sede y la Federación Rusa, así como la voluntad recíproca de desarrollarlas ulteriormente, incluso con iniciativas específicas de carácter cultural”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
“En este contexto, se han examinado algunos temas bilaterales de interés común, que afectan también a las relaciones entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa, y se han analizado las cuestiones internacionales de actualidad, en particular las de Oriente Medio”, señala la nota vaticana.
Asimismo, se informa que ambas partes dialogaron sobre “los problemas del extremismo y de la intolerancia, que constituyen graves amenazas a la convivencia civil entre las naciones, subrayando la necesidad de preservar la paz y de favorecer una resolución negociada y pacífica de los conflictos”.
Al final de la audiencia, el presidente ruso entregó al Santo Padre un ícono de San Nicolás, patrón de todas las rusias. Por su parte, Benedicto XVI le ofreció una estampa de 1663 en la que aparece San Pedro y una insólita columnata de Bernini del Vaticano con tres brazos, en vez de los dos que tiene.
Al tiempo de la entrevista entre las dos personalidades, se llevó a cabo un encuentro del Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, y del Secretario para las Relaciones con los Estados, Arzobispo Dominique Mamberti, con el Ministro de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, Sergei Lavrov, y otros miembros de la delegación que acompañaba al presidente.
Esta fue la tercera visita de Putin a la Santa Sede tras dos anteriores realizadas en 2000 y 2003, cuando se entrevistó con Juan Pablo II. El Pontífice y el mandatario ruso dialogaron a solas en alemán durante 25 minutos.