Con motivo de la celebración del Día del Seminario el próximo domingo 18 de marzo y el lunes 19, festividad de San José, el Obispo de Jerez, Mons. Juan del Río Martín, dio a conocer un "decálogo vocacional" con valiosas claves y recomendaciones sobre el trabajo de promoción de las vocaciones al sacerdocio.
La jornada de este año, cuyo lema "Sacerdotes, testigos del amor de Dios" está inspirado en la encíclica "Deus caritas est" del Papa Benedicto XVI, busca "redescubrir y valorar a los sacerdotes que, a pesar de las deficiencias humanas, hacen presente las acciones salvíficas de Jesucristo", señala el Prelado en su carta pastoral.
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"Esta celebración nos lleva a plantearnos seriamente qué hacemos en favor del sacerdocio diocesano y que medios estamos poniendo para suscitar entre nuestros jóvenes la opción" por el sacerdocio, señala.
"Dios sigue llamando. No podemos estar continuamente echándole la culpa de la falta de vocaciones a lo mal que está la vida, la sociedad, la juventud. De hecho, la llamada ‘pastoral vocacional’ no es tanto una pastoral especializada sino un sembrar, cultivar y recoger el fruto ‘natural’ de la vida de una comunidad", explica.
El Decálogo
Por ello, y de cara a la Campaña del Seminario, Mons. Del Río propone el siguiente "sencillo decálogo":
1. El planteamiento vocacional tiene que ser claro, directo y sin ambigüedades.
2. La llamada a ser sacerdote no es un añadido ocasional sino es una oferta pastoral, catequética y espiritual desde la infancia hasta la edad adulta.
3. El ser cura no es algo oscurantista, de otro tiempo o sólo para gente especiales; sino que es una invitación a ser libres y felices según el modelo de Jesucristo el Buen Pastor.
4. La existencia de las comunidades cristianas requieren que haya presbíteros. Los carismas y los ministerios laicales no suplen la necesidad de pastores.
5. Apoyar a nuestro Seminario Diocesano y seminaristas, con un mayor conocimiento de esta institución que es el "corazón de la diócesis".
6. Intensificar las actividades vocacionales en torno al Seminario y Delegación de Pastoral Vocacional, creando un clima entre los agentes de pastoral y catequistas en favor de la vocación sacerdotal y del Seminario como centro diocesano para formar a los futuros presbíteros.
7. Que las familias cristianas, y las distintas comunidades, movimientos y asociaciones cultiven la vocación sacerdotal y a la vida consagrada entre sus miembros a fin de que los jóvenes respondan a la llamada de Dios con responsabilidad y alegría.
8. Intensificar los "jueves eucarísticos y sacerdotales", como expresión celebrativa y orante de la preocupación comunitaria por los sacerdotes, las vocaciones y el Seminario.
9. Que en los centros educativos católicos, así como en otras actividades docentes y formativas, se explicite con profundidad las novedades del ministerio ordenado y su oficio imprescindible para que el pueblo tenga el alimento necesario de la Palabra, los Sacramentos y la Caridad.
10. Invertir en el Seminario es preparar el mañana de nuestra Diócesis. Ello requiere esplendidez en la colecta del día del Seminario y en otras donaciones, a fin de que podamos atender las necesidades de mantenimiento, profesorado, y contar con unas instalaciones que respondan a las exigencias de los nuevos tiempos.