El Papa Benedicto XVI recordó que la defensa de la vida y la protección de la familia son valores no negociables para los políticos y legisladores católicos, y precisó que esta responsabilidad “tiene una relación objetiva con la Eucaristía”, en su nueva Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis.
Según el Pontífice todos están llamados a la “coherencia eucarística” y recordó que “el culto agradable a Dios nunca es un acto meramente privado, sin consecuencias en nuestras relaciones sociales: al contrario, exige el testimonio público de la propia fe”.
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Aunque señaló que “esto vale para todos los bautizados”, precisó que “tiene una importancia particular para quienes, por la posición social o política que ocupan, han de tomar decisiones sobre valores fundamentales, como el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas”.
El Papa subrayó que “estos valores no son negociables” por lo que políticos y legisladores católicos, “conscientes de su grave responsabilidad social, deben sentirse particularmente interpelados por su conciencia, rectamente formada, para presentar y apoyar leyes inspiradas en los valores fundados en la naturaleza humana. Esto tiene además una relación objetiva con la Eucaristía”.
“Los obispos han de llamar constantemente la atención sobre estos valores. Ello es parte de su responsabilidad para con la grey que se les ha confiado”, agregó.
Iglesia y políticaEn otra parte del documento, el Pontífice recordó que “la Iglesia no tiene como tarea propia emprender una batalla política para realizar la sociedad más justa posible; sin embargo, tampoco puede ni debe quedarse al margen de la lucha por la justicia. La Iglesia debe insertarse en ella a través de la argumentación racional y debe despertar las fuerzas espirituales, sin las cuales la justicia, que siempre exige también renuncias, no puede afirmarse ni prosperar”.
Asimismo, señaló que los cristianos tienen la responsabilidad social de denunciar “las circunstancias que van contra la dignidad del hombre” y consideró que “el misterio de la Eucaristía nos capacita e impulsa a un trabajo audaz en las estructuras de este mundo para llevarles aquel tipo de relaciones nuevas, que tiene su fuente inagotable en el don de Dios”.
“El cristiano laico en particular, formado en la escuela de la Eucaristía, está llamado a asumir directamente la propia responsabilidad política y social. Para que pueda desempeñar adecuadamente sus cometidos hay que prepararlo mediante una educación concreta a la caridad y a la justicia. Por eso, como ha pedido el Sínodo, es necesario promover la doctrina social de la Iglesia y darla a conocer en las diócesis y en las comunidades cristianas”, sugirió.
Lea el texto completo de la Exhortación Apostólica o descárguela en su computador en: http://www.aciprensa.com/Docum/benedictoxvi/documento.php?id=99