La Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB) respondió duramente al Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien había insinuado que la Iglesia era hipócrita por oponerse a la distribución de preservativos como el medio principal para prevenir el SIDA.
El pasado miércoles, en Río de Janeiro, durante la presentación de una campaña para prevenir el SIDA, centrada exclusivamente en la distribución de preservativos, Lula afirmó que el sexo “es algo que le gusta a casi todo el mundo” y señaló que, “muchas veces no se debate este tema por eso de que ‘a mi mamá no le gusta, a mi papá no le gusta o a la Iglesia no le gusta’”, por lo que pidió crear un “día internacional contra la hipocresía”.
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Lula dijo también en el mismo discurso que “no hay cómo imponerle al adolescente el momento en que tendrá sexo”, pues “el sexo es una cosa que a casi todo el mundo le gusta y una necesidad orgánica”.
En una nota difundida este fin de semana, la Comisión de Vida y Familia de la CNBB respondió señalando que “la Iglesia no coincide con la forma en el que Presidente de la República abordó el problema del uso de los preservativos”.
La breve y contundente nota de los obispos señala que “la posición de la Iglesia es clara. Siempre lo fue. No ha cambiado ni cambiará”.
“No vamos a repetir siempre nuestra opinión al respecto. El modo de educar a nuestros adolescentes y jóvenes no puede ser hecho en base al permisivismo, incitándolos a un comportamiento sin reglas. Más bien necesitamos educarlos basados en buenos principios consistentes”.
“Esta orientación corresponde en primer lugar a los padres”, sigue la nota de los obispos. “El hijo encuentra en la familia la primera y más importante fuente de formación de principios y valores humanos. Cuando los padres actúan así, no están siendo hipócritas. Y la Iglesia defiende el derecho fundamental de los padres”.
No somos hipócritas. Nunca lo fuimos. Ni lo seremos. Somos coherentes