El nuevo Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Mons. Angelo Bagnasco, indicó que cuando un católico "está convencido de las propias ideas de fe y, por tanto, de la razón, se impone respeto al resto, incluso en la diversidad, con una actitud no agresiva pero serena y de confrontación".
En entrevista concedida a Radio Vaticano, el Prelado señaló que para reforzar la identidad católica, "debemos verdaderamente descubrir, redescubrir y consolidar aquello que se tiene. No escondiendo o teniendo una percepción débil de lo que somos es que podremos ser más dialogantes y propositivos hacia todos. Todo lo contrario".
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Tras recalcar que los fieles deben testimoniar "la serenidad y la alegría de la fe", el también Arzobispo de Génova señaló que "es necesario añadir una mayor preparación cultural de los creyentes, porque los desafíos de hoy, ya sea de carácter cultural o social, requieren también la capacidad de argumentación".
Al referirse a los valores que los laicos no pueden negociar, Mons Bagnasco dijo que "tenemos los valores, las columnas de la persona que le aseguran los límites de lo que no es para nada válido. Porque validar ciertos confines -que son propios, que definen, que configuran la profundidad del ser humano- significa ir contra el hombre y no liberarlo".
Para el Prelado, la Iglesia en Italia debe mirar el Magisterio del Papa "con gratitud. El Magisterio del Santo Padre representa uno de los tesoros fundamentales de la Iglesia. Si esto vale para la toda la Iglesia Católica, diría que con mayor razón, en cierto sentido, vale para la Iglesia en Italia dado que el Papa está en Italia, es además el Obispo de Roma y es el Primado del país".
"Es cierto que Italia tiene con el Papa un lazo de inmediatez único en el mundo. Esta inmediatez, claramente, no es únicamente logística, de cercanía física, sino también una cercanía afectiva y de fe. Ésta se expresa de mil formas, que debemos custodiar celosamente y expresar con gran gratitud", concluyó.