Las ordenaciones ilegítimas de los obispos en China "son actos de guerra porque disuelven la unidad de la Iglesia" pero "esperamos que la autoridades supremas, una vez consolidado el poder, puedan pensar seriamente en otorgar la verdadera libertad religiosa y normalizar la situación, por el bien de todos, de la Iglesia" y de China, indicó el Cardenal Joseph Zen Ze-kiun, Obispo de Hong Kong.

En entrevista concedida a la agencia italiana SIR, el Purpurado comentó que "hace años se ordenaron muchos obispos ilegítimos, pero era una situación distinta, de aislamiento, más comprensible. Pero actualmente, con paciencia, una vez que los católicos han logrado hacerse entender y el gobierno ha aceptado nuestra manera de hacer, forzar las ordenaciones significa ir para atrás. Es inconcebible, es para alarmarse. Esperamos que finalmente esta tendencia termine. Pero en China no se sabe nunca, los chinos somos impredecibles".

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"Hace falta estudiar cómo afrontar esta nueva situación y qué hacer para prevenirla. Pero nuestras posibilidades son limitadas porque en China el gobierno controla todo. Esperamos en los dirigentes supremos, que pueden ver mejor el verdadero bien de la nación, mientras que a veces las fuerzas inferiores piensan más en sus intereses inmediatos", explicó.

Finalmente el Cardenal refirió que la Santa Sede "en estos momentos está trabajando con ahínco" para lograr el "especialmente después de la reunión de enero, "de la que sé poco y no puedo decir nada".