El Papa Benedicto XVI aceptó la renuncia, por límite de edad, del Cardenal Camillo Ruini al cargo de Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) y nombró en su reemplazo al Arzobispo de Génova, Mons. Angelo Bagnasco, de 64 años de edad.
En sus primeras declaraciones tras el anuncio de su designación, el Prelado declaró que “cuando el Papa llama, se responde”, expresando que “a la llamada del Santo Padre me he adherido prontamente, confiado en sus autorizadas indicaciones, confiando en la gracia del Señor, seguro de la benevolente colaboración de todos”.
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“A él, Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia, le manifiesto mi más profundo agradecimiento por el acto de gran confianza que significa haberme confiado un cometido tan elevado y trabajoso al servicio de los hermanos en el Episcopado”, agregó.
Mons. Bagnasco nació el 14 de enero de 1943, en Pontevico (Brescia). Fue elegido y consagrado Obispo de Pesaro (Italia) en 1998 y en marzo de 2000, nombrado Arzobispo de la misma circunscripción. En 2003 fue nombrado ordinario militar de Italia, y el 29 de agosto de 2006 fue elegido por el Papa Benedicto XVI nuevo Arzobispo de Génova, sucediendo en este servicio al Cardenal Tarcisio Bertone, quien a su vez fue nombrado Secretario de Estado de la Santa Sede.
Ruini, Vicario de Roma
Por su parte, el Cardenal Ruini, quien llevaba 16 años al frente de la CEI, primero como Secretario General y, desde marzo de 1991, como Presidente, seguirá siendo Vicario General de la diócesis de Roma.
Juan Pablo II lo nombró en 1986 Secretario General de la CEI, y en marzo de 1991 Presidente de la misma. En julio de ese mismo año, el mismo Pontífice lo designó Vicario General de la diócesis de Roma