El Obispo de Barbastro-Monzón, Mons. Alfonso Milián Sorribas, señaló que la experiencia de los católicos cubanos que han luchado por mantener la fe a pesar del desaliento sirve como modelo para España.
Luego de visitar Cuba, donde participó en la Asamblea General de Cáritas Cubana, Mons. Milián dirigió un mensaje a su feligresía con el título: "Mi fe se ha fortalecido en Cuba".
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El Obispo aseguró que en su viaje ha "podido comprobar la fuerza de la fe y del amor de los cristianos que peregrinan en aquella Iglesia. Una Iglesia muy distinta de la nuestra, con menos medios, con más pobrezas, pero con una gran fe, fraguada en medio de las dificultades, y con un sentido misionero que ya quisiera yo para mí y para todos los que formamos esta Iglesia diocesana de Barbastro-Monzón. He visto, sobre todo, unos cristianos que viven la fe con alegría".
"Puedo deciros que mi fe se ha fortalecido en Cuba de forma parecida a como quedó fortalecida hace un año al visitar la Iglesia de Etiopía y del Congo, en África. Me he encontrado con unas gentes que tienen hambre de Dios y piden conocer a Jesucristo para seguir sus pasos", agregó.
Según el Obispo, "hace algunos años, ser cristiano en Cuba y manifestar la fe era algo sumamente difícil. Tanto que parecía que el cristianismo iba a desaparecer. Los cristianos quedaron reducidos a una pequeña minoría, que conservó el fuego de la fe como el rescoldo de la hoguera, oculto bajo las cenizas. ¡Qué mérito el de estos cristianos que conservaron y transmitieron el don de la fe en esos momentos!"
Mons. Milián recordó que en España "también tenemos dificultades para vivir la fe, aunque por supuesto son de otro tipo. Son muy escasas las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada; pocos jóvenes se acercan a la Iglesia; se airea lo negativo de la Iglesia, frecuentemente exagerado y hasta manipulado, sin hacer apenas referencia al gran bien que la Iglesia realiza en nuestra sociedad; en algunos sectores cunde el desaliento".
"Si los viejos cristianos que quedaron en Cuba se hubieran dejado ganar por el desaliento, se hubiera apagado el rescoldo y hoy no existiría el proceso esperanzador de una Iglesia que renace con renovadas energías. Una Iglesia que nos evangeliza a nosotros y que nos invita a vivir coherentemente nuestra fe, a anunciar a Jesucristo, a dar lo mejor de nosotros a nuestros hermanos", indicó.
Finalmente, el Prelado animó "a todos a vivir intensamente la fe, a sentiros contentos por pertenecer a la Iglesia, a conservar el depósito de la fe para que cuando la gente busque, como ocurre en Cuba, al que es el camino, la verdad y la vida, podamos señalar a Jesucristo que sigue vivo en nuestros corazones".