El Obispo de Añatuya, Mons. Adolfo Uriona, advirtió que "la fe popular está en una situación de urgencia", situación que requiere de los católicos "ser discípulos hoy, aquí y ahora".
El Prelado también exhortó a los feligreses a ser auténticos discípulos de Cristo para poder defender la religión del pueblo, sometida "a una crisis decisiva" por los grandes cambios culturales y los medios de comunicación, que "crean desconfianza hacia la Iglesia y los valores que propone".
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"Como discípulos aprendemos a vivir como Él (Cristo), para dejarlo ver en la calidad de nuestra vida, de nuestras actitudes y acciones; a fin de hacerlo presente a los demás y facilitarles el encuentro con el Jesús vivo, particularmente a quienes están lejos de Él o no lo conocen", afirmó.
En ese sentido, expresó también la necesidad de ejercer el discipulado en comunidad, para así "transmitir un testimonio de fraternidad que surge en aquellos que se saben y sienten amados incondicionalmente por Dios". Indicó que este "sacramento de comunión con Dios y entre los hermanos es normalmente la condición necesaria para la formación del discípulo".
"La maduración en el seguimiento de Jesús requiere de comunidades eclesiales vivas que se esfuerzan cotidianamente por vivir la unidad a partir de la Palabra y de la Eucaristía", explicó.
Mons. Uriona también instó a ser discípulos mediante el compromiso con los pobres y excluidos, porque ellos son el "sacramento actual y vigente de la presencia de un Dios que se ha entregado por nosotros", y a tomar a Santa María como modelo de la escucha amorosa y atenta.
Finalmente, el Obispo invitó a aprovechar la Cuaresma para convertirse a Dios y fortalecer "nuestra relación con la Sagrada Escritura", la cual "alimenta nuestra existencia como discípulos de Jesucristo" y nos ayuda a llevar el Evangelio "a este mundo cansado y lleno de signos de muerte".