La historia de Amillia Taylor, la bebé estadounidense que logró sobrevivir a un parto prematuro cuando tenía cinco meses y medio de gestación, ha impactado a la sociedad británica y está motivando a los ingleses a pedir más restricciones para los abortos tardíos, según informa agencia LifeNews.com.

La legislación inglesa permite abortar hasta las 24 semanas (seis meses) de gestación y se estima que cada año unas dos mil mujeres británicas se someten a esta práctica entre las 22 y 24 semanas de embarazo, a pesar de que muchos médicos sostienen que muchos bebés prematuros podrían sobrevivir a un parto en esta fase.

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El diario británico London Telegraph recogió las declaraciones de expertos como Stuart Campbell, uno de los más prominentes ginecólogos del país, quien pidió al país cambiar la legislación.

"Me parece ilógico que, en salas adyacentes, un médico luche por salvar a un bebé nacido a las 23 semanas de embarazo mientras su colega aborta a un niño saludable que tiene el mismo tiempo de gestación", explicó.

La pequeña Amillia, nació hace cuatro meses en el Hospital Infantil Bautista de Miami y ya fue dada de alta. La bebé más prematura del mundo pesó 284 gramos y medía 24,1 centímetros. Tenía 21 semanas y seis días de gestación.

Los bebés suelen nacer entre las 37 y 40 semanas de gestación. A pesar de su fragilidad, Amillia podía respirar y sus padres decidieron bautizarla con este nombre latino que significa "luchadora".

La parlamentaria Nadine Dorries auspició el año pasado un proyecto de ley para limitar el aborto hasta las 21 semanas de embarazo. Aunque no alcanzó los votos necesarios para ser aprobado, la congresista ha asegura que insistirá en su pedido.

"Claramente se trata de una práctica bárbara y no dejaré de trabajar hasta que se penalice", declaró a la BBC.

Inglaterra conmemoró en enero los 40 años de la Ley del Aborto que en 1967 legalizó esta práctica hasta las 24 semanas de embarazo. Se estima que cada año se practican unos 180 mil aborto en Inglaterra y Gales.