El Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, Mons. Ubaldo Santana, destacó que la Iglesia en el país debe seguir contribuyendo al bienestar del país a pesar de todo, principalmente con su labor evangelizadora.
En entrevista concedida al diario La Verdad, el también Arzobispo de Maracaibo indicó que la misión que tiene la Iglesia en Venezuela "es anunciar el Evangelio, proponer a Jesucristo y señalar a la humanidad el camino de la salvación, pero lo tiene que hacer de modo que las personas sientan que esa es la respuesta válida para que la acepten y la vivan, lo que significa que tiene que evangelizar en el contexto cultural que vive la gente, en un lenguaje sencillo, y sobre todo convincente, para que los creyentes puedan estar profundamente convencidos que el Evangelio puede cambiar sus vidas".
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"Concebimos nuestra misión desde una visión de fe, creemos que Dios está presente en medio de esta realidad que vive el país. También tenemos una visión de esperanza, porque creemos que los venezolanos, movidos por nuestras convicciones, virtudes y tradiciones culturales, somos capaces de resolver nuestros problemas y de avanzar juntos para construir un país cada vez más fraterno y justo", prosiguió el Prelado.
Seguidamente explicó que "es fundamental que (la Iglesia) ayude al país a superar los conflictos, las divisiones, los odios y las rivalidades, para buscar caminos de convivencia donde no haya exclusión y donde se puedan alcanzar las máximas aspiraciones del ser humano, como son vivir en libertad, teniendo trabajo, salud, servicios básicos y en paz, alejados de la violencia y la inseguridad. Allí es donde la Iglesia puede ejercer mejor su servicio evangelizador".
Tras explicar que hace falta "un trabajo que va más allá de un presidente o de la estructura legislativa o judicial que exista, es un trabajo más profundo, de organización social, para que el pueblo tenga convicciones propias y conserve su autonomía", Mons. Santana precisó que "la Iglesia no pide privilegios, sino que pide cumplir con su misión en plena libertad y como cualquier otro organismo social, con plena independencia de criterios y apoyándose en las convicciones fundamentales que tiene que transmitir".
Al referirse a la libertad religiosa en el país, el Presidente del Episcopado venezolano recordó que "es un derecho humano por medio del cual toda persona puede, de acuerdo a su conciencia, adherirse a una determinada profesión religiosa o de fe, para afiliarse a ella y vivir según los estatutos y organizaciones de esa confesión que, por supuesto, deben estar acordes con la convivencia humana y social, respetando a las demás confesiones que existen. Esa libertad debe ser garantizada por las estructuras legales de un país".
El Presidente del Episcopado venezolano finalizó haciendo un llamado a todos sus compatriotas para que no abandonen "nunca la esperanza de luchar por un futuro mejor, a amar profundamente a sus hijos, defender la vida y avanzar juntos fraternalmente, superando las diferencias ideológicas, religiosas y políticas".