El Presidente de Cáritas Venezuela, Mons. José Luis Azuaje, anunció que la Campaña Compartir 2007 estará centrada en proponer a los venezolanos "un mayor compromiso en la construcción de la cultura de paz y reconciliación"; a la vez que llamó al Gobierno a "crear políticas de seguridad".
En conferencia de prensa, tras criticar la compra de armas pues ello "no contribuye a la paz", el Prelado recordó a los venezolanos que ésta se construye a partir de "una conversión de conducta", particularmente "en la manera como se resuelven los problemas que terminan en conflicto y son generadores de violencia".
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En ese sentido, explicó que la campaña de este año nace de "la necesidad de incidir social y políticamente en la instancia regional y nacional en la solución" de la violencia y "crear una cultura de paz y justicia ante la situación de peligro cotidiano y de inseguridad en que vivimos. También se pretende crear una matriz de opinión pública alrededor del tema de la inseguridad".
Mons. Azuaje señaló que la Iglesia invita al Gobierno, la sociedad civil e instituciones, a elaborar propuestas para combatir la inseguridad. También expresó la necesidad de trabajar por "una educación para la paz", la cual "comienza por la utilización de un lenguaje generador de paz".
Critica armamentismo
El presidente de Cáritas también se refirió al aumento de armas en el país, así como la compra de armamento militar hecha el año pasado por el Gobierno.
"La paz no se construye armándonos, lo que quizás puede llevar a un conflicto no sólo externo sino también interno, generando una carrera armamentista. Durante casi todos estos años la Conferencia Episcopal ha hablado de la paz. No se puede buscar esa paz con un proceso de armar no sólo a las Fuerzas Armadas, sino todo lo que está pasando con tantas armas sin control", señaló.
Mons. Azuaje llamó a evitar que la vida se convierta "en un campo de batalla e inseguridad". Añadió que la violencia también es "producto de tantas injusticias que ha sufrido y sufre aun nuestro pueblo, especialmente la pobreza y el deterioro del sentido ético personal e institucional: la corrupción, la impunidad la perdida de sensibilidad ante lo humano y la carencia de solidaridad y cuyo origen está en el egoísmo y la manipulación de las personas".