En su carta pastoral "Cuaresma en tiempos de prueba", el Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela, Mons. Fernando Sebastián, exige a los sacerdotes desistir definitivamente de la práctica de las falsas absoluciones comunitarias "en las que se suprimen la confesión de los pecados y la recepción directa y personal de la absolución".
Tras precisar que las falsas absoluciones comunitarias son una "grave desobediencia, engaña a los fieles y hiere la comunión eclesial", el Prelado indica que la Cuaresma es una invitación al arrepentimiento de nuestros pecados y alcanzar el perdón de Dios mediante el sacramento de la reconciliación.
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Asimismo, el Prelado recuerda que "nadie, ningún sacerdote, ningún grupo, tiene capacidad para modificar las normas de la Iglesia acerca de cómo celebrar este sacramento" y lamenta que "el desconcierto y los abusos existentes en torno a este sacramento están haciendo mucho daño".
El Arzobispo señala que la celebración del sacramento según el ordenamiento eclesial "requiere la confesión personal de los pecados a un confesor autorizado por la Iglesia y la manifestación de un verdadero arrepentimiento con sincero deseo de la enmienda que nos prepara para recibir personalmente del confesor la absolución de los pecados por el ministerio de la Iglesia y en nombre del mismo Dios".
"Esta manera de celebrar el sacramento no se puede modificar ni sustituir por otras formas llamadas comunitarias en las que se suprimen la confesión de los pecados y la recepción directa y personal de la absolución en nombre de Dios con la fórmula prevista por la Iglesia", aclara.
Sobre los sacramentos, el Prelado recuerda a los sacerdotes que "no tenemos ningún dominio sobre ellos" y que "nadie puede modificar a su gusto la manera de celebrarlos sin riesgo de profanarlos y perder su fuerza santificadora. Quien actúa de esta manera comete una grave desobediencia, engaña a los fieles y hiere la comunión eclesial".
Por ello, prosigue, "con toda mi autoridad y el mayor empeño de que soy capaz, pido a los sacerdotes que siguen impartiendo estas falsas absoluciones generales que desistan definitivamente de esta práctica abusiva, gravemente ilícita y perjudicial. Los fieles no deben dar crédito a quienes les inviten a celebrar el sacramento de la penitencia en contra de las prescripciones de la Iglesia".
Finalmente, pide hacer un esfuerzo por reconocer al sacramento de la reconciliación "la dignidad que le corresponde" y llama a facilitar a los fieles la celebración del sacramento "de manera personal, con una buena preparación, según el rito previsto por la Iglesia". "Sin esta práctica no puede haber crecimiento espiritual en los cristianos ni conseguiremos nunca promover comunidades parroquiales espiritualmente vigorosas", concluye.