Tras el referéndum del domingo pasado sobre la despenalización del aborto en Portugal, los obispos lusos reconocieron que pese al gran ausentismo en las urnas, el resultado favorable al ‘Sí’ señala un “acentuado cambio cultural en el pueblo portugués”, “una cultura que no está impregnada de valores éticos fundamentales”, por lo que llamaron a emprender una vigorosa y consistente evangelización con los jóvenes y la familia.
Reunidos en Asamblea Extraordinaria en Fátima, la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) emitió ayer una nota pastoral titulada “El nuevo contexto de la lucha por la vida” en la que reconoce que este “cambio de mentalidad” indica el contexto en que la Iglesia está llamada a ejercer su misión y que esta situación pone al descubierto “alguna fragilidad del proceso evangelizador, especialmente en relación con los jóvenes”.
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Despenalizar es legalizar
Aunque el “Sí” ganó en el referéndum para despenalizar el aborto hasta la décima semana de embarazo, la alta abstención (el 58,1 por ciento) invalidó su resultado, pues la legislación portuguesa establece una participación mínima del 50 por ciento para que lo votado se convierta en ley. Ante ello, el Primer Ministro, José Sócrates, anunció el lunes que presentará un proyecto de ley al Congreso –donde su partido tiene mayoría absoluta– para despenalizar el aborto en diez semanas de embarazo.
Por ello, las críticas al Gobierno encabezado por el socialista José Sócrates también han estado presentes en la respuesta episcopal. Al referirse al debate del referéndum, los prelados señalan que “se centró en la justicia de un proyecto de ley que, al procurar despenalizar, acaba por legalizar el aborto”.
Además de criticar también al Gobierno por “comprometerse en un asunto que no es estrictamente político”, los obispos portugueses recuerdan a los fieles católicos que “el hecho de que el aborto pasara a ser legal, no lo hace moralmente legítimo” y que “todo aborto continúa siendo un pecado grave”.
Ante ello, la CEP hace “un llamado a los médicos y profesionales de la salud para que no duden en recurrir al estatuto ‘objetores de conciencia’ que la Ley les garantiza”.
Nuevos medios, objetivos de siempre
Ante esta situación, los obispos anuncian en su comunicado que “a partir de ahora nuestro combate por la vida humana tiene que dirigirse, con más intensidad y nuevos medios, a los objetivos de siempre: ayudar a las personas, esclarecer las conciencias, crear condiciones para evitar el recurso al aborto, legal o clandestino”.
Al señalar las medidas a tomar a partir de ahora en la lucha por la vida, los obispos subrayan para disminuir los abortos, “el único camino eficaz e verdaderamente humano es avanzar significativamente en la formación de la juventud y en el apoyo a la maternidad y a la familia” y desarrollar “una política de educación que forme para la libertad, la responsabilidad, concretizada en una correcta educación de la sexualidad”.
“Démonos las manos para acabar con el aborto y convertir la ley, que ahora se va a hacer, en una ley inútil”, concluyen.