En el actual ambiente preelectoral que vive España ante las próximas elecciones autonómicas y municipales a realizarse el 27 de mayo, el Obispo de Tarazona, Mons. Demetrio Fernández, advirtió que "cuando en la contienda política se introduce la avaricia, ya no se busca el bien de nadie, sino únicamente el bien propio", y llamó a buscar una auténtica conversión para evitar "el veneno de la política" que puede llegar al "asesinato del contrincante".
En su más reciente carta pastoral titulada "El veneno de la política", el Prelado aclara que ésta no solo no es mala sino que "es un precioso servicio al bien común" que la Iglesia alienta. Sin embargo, señala, a veces "está envenenada de odio, de avaricia, de revancha. Y ya no se busca el poder para hacer el bien, ni para hacer un mundo más justo, sino para los propios intereses, llegando incluso a machacar al otro, al que se considera enemigo".
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Tras constatar el fracaso de las propuestas tanto socialistas como nihilistas que excluyen a Dios de la vida del individuo y de la sociedad por considerarlo un mal, el Obispo precisa, por el contrario, que "el verdadero mal del hombre está en el pecado" y que "cuando el hombre se aparta de Dios, vive desorientado, y acaba haciéndose daño a sí mismo y haciendo daño a los demás". "Dios es el mejor garante de los derechos humanos. Sin Dios, no hay justicia, ni libertad, ni progreso", asegura.
Al referirse al periodo preelectoral actual, Mons. Fernández constata la presencia de "un enfrentamiento, que no brota de la legítima discrepancia de las distintas posturas, sino que brota de la envidia, del odio, de las rencillas, de la revancha. En definitiva, que brota del pecado. Y, lo peor de todo, el que quiere ser honrado no podrá prosperar, sólo prosperará quien engañe más, quien sea más corrupto, quien intente aprovecharse de la situación".
"¡Ay!, el dinero es muy goloso y muy atrayente, sobre todo para los que viven sin Dios. Y, cuando en la contienda política se introduce la avaricia, ya no se busca el bien de nadie, sino únicamente el bien propio. He aquí el veneno de la política, que tantos quebraderos de cabeza trae en estos días, hasta el extremo de llegar al asesinato del contrincante", advierte el Prelado antes de hacer un llamado a servir al bien común desde la conversión.