Ante el clima de violencia y tensión que se vive en el país, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) reunida en su 82° Asamblea Plenaria, emitió un comunicado en el que hicieron un llamado a vivir la reconciliación “para que las víctimas, los victimarios y la sociedad en general conozcan la experiencia profunda del perdón”.
En su mensaje titulado “El compromiso de la Iglesia ante los desafíos de la realidad nacional”, los prelados indicaron que con la reconciliación se puede instaurar “un escenario de paz que denote más que la simple ausencia de guerra, la ‘plenitud de vida’, vida digna y en abundancia para todos”.
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Luego de denunciar que la mentira “es una de las causas de todo conflicto y principal obstáculo a cualquier esfuerzo de negociación política”, los obispos alentaron a “adentrarnos en el camino de la verdad para redignificar a las víctimas, actores centrales de la reconciliación y poseedoras privilegiadas de la gracia del perdón, que sólo puede y debe nacer en ellas si queremos romper el ciclo del rencor, del resentimiento y de la venganza que en ocasiones se convierten en una carga imposible de llevar”.
“Verdad para cerrar las heridas provocadas por la violencia, de manera que exista en quienes han causado daño, un reconocimiento sincero del pecado cometido al atentar contra la vida y la libertad de otros hermanos, como paso necesario para el encuentro con la paz”, precisaron los obispos.
Después de advertir la crisis de los distintos poderes del gobierno, la CEC animó a que se sigan realizando “los esfuerzos que se adelantan por develar los hechos que han restado legitimidad a las instituciones del Estado y por diseñar e implementar los correctivos pertinentes”.
“Exigimos verdad también para clarificar los signos de una sistemática persecución desde diversos sectores, grupos y personas hacia los valores que la Iglesia defiende, que nacen del Evangelio y tienen sustento en el respeto por la vida, la dignidad humana y la familia”, dijeron los prelados colombianos, al tiempo que exhortaron a “los medios de comunicación para que aporten a la construcción de una sociedad que se precie de la verdad. Ello requiere obrar con honestidad y equidad”, aportando “al país debates serenos, sin encender hogueras”.
Tras reconocer los esfuerzos gubernamentales por ampliar la cobertura en la educación, la CEC destacó que “el llamado a la reconciliación comprende a su vez un esfuerzo nacional por establecer condiciones de justicia, sabiendo que el horizonte está en la caridad”.
Luego de denunciar los altos índices de pobreza y de subrayar la necesidad de vivir la solidaridad con los que menos tienen, los prelados hicieron un llamado a ayudar a los desplazados por el conflicto armado, “cuyas causas no son enfrentadas en su integralidad, sigue golpeando a amplios sectores de la población; sus actores amenazan a la institucionalidad y extorsionan a la sociedad”.
Conflicto interno
“Los obispos en Colombia sentimos que pesa sobre nuestra conciencia la destrucción de los hermanos que injustamente permanecen privados de su libertad, sometidos al secuestro. No acallaremos nuestra voz, ni cejaremos en nuestros esfuerzos hasta tanto el Gobierno Nacional y las FARC - EP posibiliten a través de un acuerdo humanitario la libertad de todos ellos”, explicaron.
“Exhortamos a las FARC a facilitar espacios para la negociación y para el diálogo. Expresamos nuestra voz de ánimo al proceso que se adelanta entre el Gobierno Nacional y el ELN e invitamos a los desmovilizados de los grupos de autodefensa a proseguir con valentía y transparencia el proceso iniciado, siendo coherentes con el compromiso de aportar a la verdad, a la justicia y a la reparación. Denunciamos con preocupación y rechazamos la configuración de grupos armados emergentes”, dijeron los prelados.
Tras denunciar al narcotráfico como “combustible de la corrupción y de la confrontación armada y causa de muchos males del país”, los obispos se comprometen a “hacer sentir nuestra voz profética que denuncia la mentira y la corrupción y que anuncia la verdad, que no es otra cosa que la defensa de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural, la dignidad de las personas, la igualdad de oportunidades y la honestidad para construir entre todos un país en el que todos quepamos y en el que no haya marginados”.
mensaje de esperanza