Esta mañana el Papa Benedicto XVI recibió en el Aula Pablo VI a la Confederación Nacional de las Misericordias de Italia y de los Donadores de sangre “Fratres”, y exhortó a los participantes a amar con los hechos, en lo concreto, y no en lo abstracto.
“Con vuestra presencia y vuestra acción contribuís a difundir el Evangelio del amor de Dios para todos los hombres” dijo el Pontífice al iniciar su discurso.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
“Las Misericordias –continuó- son la más antigua forma de voluntariado organizado”, cuyos miembros “desean honrar a Dios con obras de misericordia hacia el prójimo, en el más absoluto anonimato y en total gratuidad”.
El Papa recordó como en el encuentro definitivo con el Señor, “se nos preguntará si a lo largo de nuestra existencia hemos alimentado al hambriento, dado de beber al sediento; si hemos acogido al forastero y abierto las puertas de nuestro corazón al necesitado. En una palabra, en el juicio final Dios nos preguntará si hemos amado no en modo abstracto, sino con los hechos”.
Citando a San Juan de la Cruz recordó que “al final de nuestras vidas seremos juzgados por el amor” y continuó afirmando que “el amor es un lenguaje que llega directamente al corazón y lo abre a la confianza”.
“Os exhorto –prosiguió- a estar siempre listos a responder a cuantos os pregunten por la razón de la esperanza que está en vosotros”.
Seguidamente reflexionó sobre la importancia “que tiene el conservar las propias raíces cristianas en Italia y en Europa” afirmando que “las Misericordias no son una agregación eclesial, sino que sus raíces históricas son cristianas”.
Para mantener tales raíces el Papa destacó la realización de “periódicos momentos de calificación y formación, para profundizar cada vez más las motivaciones humanas y cristianas de vuestras actividades”.
Asimismo hizo notar el “riesgo que el voluntariado pueda reducirse a un simple activismo. Si permanece vital la carga espiritual, se puede comunicar a los otros muchas más cosas que las materialmente necesarias: puede ofrecer al prójimo en dificultad la mirada del amor que necesita”.
Más adelante se refirió a la “función educativa” con la que las Misericordias “contribuye a tener viva la sensibilidad por los valores más nobles, como la fraternidad y la ayuda desinteresada a quien se encuentra en dificultades”.
Finalmente el Papa invitó a los jóvenes para que “saquen beneficio de la experiencia del voluntariado, porque correctamente aplicado, se convierte en escuela de vida, que los ayuda a dar a la propia existencia un sentido y un valor más alto y fecundo”.