El Canciller de las Pontificias Academias de Ciencias y de Ciencias Sociales, el Obispo Marcelo Sánchez Sorondo, señaló la necesidad de superar la falsa antinomia entre la fe y la ciencia que las corrientes modernas de pensamiento plantean en los campos del inicio y término de la vida humana, el origen del hombre y la concepción biologista de la persona.
Así lo señaló recientemente en Oviedo el también Secretario de la Pontificia Academia Santo Tomás de Aquino antes de impartir la conferencia "Para una reconciliación entre ciencia, filosofía y fe", que cerró el ciclo sobre relaciones fe y ciencia organizado por el secretariado de Cultura del Arzobispado local.
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En rueda de prensa, el Prelado señaló que existen tres "lugares conflictivos" en cuanto a la "armonización de ciencia y fe" que necesitan ser reconciliados. El primero es "el problema de cuándo empieza el ser humano individual, el de las células madre, embriones, etc." y, unido a éste, el de "cuándo muere el individuo humano, ya que el concepto de la muerte ha variado: se pasó del ‘rigor mortis’ a la muerte del corazón, y después, a la muerte del cerebro, pero la muerte cerebral es cosa que no todas las religiones aceptan, aunque sí la Iglesia Católica".
El segundo punto de ruptura se da en "el cerebro, que ha sido el gran descubrimiento de los últimos sesenta años y hoy se sabe que es la central energética de todo el organismo". Pero "algunos piensan que el hombre es sólo cerebro, sólo neuronas y nosotros hablamos de mente, o espíritu, o alma, o persona", apuntó.
Mons. Sánchez Sorondo agregó que el tercer tema de conflicto es el "del origen del hombre: cuándo aparece", es decir, "la evolución y la creación".
Es urgente, recalcó el Obispo, "restablecer las condiciones de la armonía" rota por la "ciencia moderna", pero que se hallaban en "la Suma Teológica de Santo Tomás, con todo ordenado, o en la visión griega del mundo, cuando Aristóteles, en su tratado más importante, sobre el alma, ubica el alma de las plantas, de los animales y del hombre".