El Obispo de Tarazona, Mons. Demetrio Fernández, felicitó el eficiente y generoso trabajo que realiza Manos Unidas a favor de los más desposeídos y destacó la opción evangélica de esta ONG católica que, a diferencia de otros organismos, no condiciona su ayuda a los países pobres con una política anticonceptiva arrolladora.
Así lo sostiene el Prelado en una carta con motivo de la Campaña contra el hambre 2007 organizada por Manos Unidas, un organismo que brotó en el seno de las Mujeres de Acción Católica en el año 1960 y que se constituyó plenamente en 1978.
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En su misiva, el Obispo sostiene que el "desastre ecológico" que significa que en Europa y, particularmente en España, no exista el relevo generacional necesario causado por un estilo de vida y políticas antinatalistas, se quiera imponer a los países pobres.
"Con los países pobres se ha pretendido imponer esta política, ir también por este camino. En el mundo hay bienes para todos, y sobran. Pero, para que a todos llegue lo necesario, hay que repartir e incluso hay que privarse de algo nuestro. Hay organismos nacionales e internacionales que condicionan sus ayudas a los países pobres con una política anticonceptiva arrolladora. Te doy ayuda humanitaria, si esterilizas a las mujeres o si reduces drásticamente (como sea) el número de nacimientos", denuncia Mons. Fernández.
En cambio, dice el Prelado, "Manos Unidas ha preferido seguir otro camino. El que viene sugerido por Jesucristo y por su Evangelio: movidos por el amor, compartid lo que tenéis con los que no tienen nada. En vez de achicar la mesa, para que toquemos a más los que comemos, Manos Unidas prefiere ensanchar la mesa para que, privándonos nosotros de algo nuestro, podamos dar algo a quienes no tienen nada".
"Y es un camino que ha resultado muy eficaz en más de cuarenta años de Campaña. Sólo en el año 2005, Manos Unidas ha repartido 44.305.687'56 euros".
Finalmente, al referirse a la presente campaña de Manos Unidas, "Sabes leer, ellos no. Podemos cambiarlo", el Obispo destacó que "el hambre a veces no es sólo de pan, sino también de cultura" pues, "una persona que sabe leer, se abre camino en la vida, y puede valerse mejor por sí misma" y alentó a todos a apoyarla decididamente.