El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, advirtió que el proyecto de ley de educación nacional se basa en “una filosofía de la educación de corte constructivista” que ignora la dimensión religiosa del ser humano y prepara a los menores “para la aceptación de la ideología de género” y de los matrimonios homosexuales.
En entrevista con el periodista Sebastián Lalaurette del diario La Nación, el Prelado criticó el tipo de educación que propone el proyecto, que probablemente se debe “al predominio de una filosofía de la educación de corte constructivista, que maneja una concepción reductiva de la persona”.
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“Se introduce el concepto de formación integral, pero no se mencionan las dimensiones que la integran, como la espiritual. ¿Cómo ejercerán los padres que envíen a sus hijos a una escuela estatal el derecho, que la ley les reconoce, de elegir una educación que responda a sus convicciones? No se reconoce la dimensión religiosa del ser humano: ésa es una de las carencias de la ley”, indicó el Arzobispo de la Plata.
Mons. Aguer también denunció que el texto propone enseñar a niños de siete años “que no hay un modelo de familia, sino muchos modelos, todos válidos”. “Hay un cambio cultural marcado por un fuerte secularismo, en el que se selecciona lo que agrada y conviene de la enseñanza de la Iglesia y se descartan aquellas posiciones que contrastan con este modo de organizar las cosas como si Dios no existiese”, señaló.
En la extensa entrevista, el Prelado advirtió que en muchos estamentos del Estado “hay un sentimiento hostil hacia el cristianismo y hacia la Iglesia”, pues se reconoce su papel en momentos de emergencia social, “pero no se quiere reconocer su concepción de la dignidad y trascendencia de la persona”, ya que cuando “defiende la vida desde la concepción, o el matrimonio como una realidad basada en el orden natural, se la considera oscurantista o desubicada”.
Mons. Aguer también advirtió de la decadencia de la educación argentina que ha generado, entre otras cosas, el aumento del analfabetismo y la pobreza cultural. “Hace 50 años no existían analfabetos en la Argentina, y no se podía hablar de analfabetismo funcional, como sucede hoy. Algo ha pasado y ha impedido no sólo la transmisión de conocimientos, sino también de valores”, manifestó.
Con respecto a “la construcción de la memoria histórica sobre el pasado reciente” que propone el proyecto, el Prelado expresó su deseo de que “no se trate de la imposición de una historia oficial, o del reemplazo de la historia por la ideología”.