La Santa Sede dio a conocer este jueves el discurso del Arzobispo Celestino Migliore, observador ante la ONU, en la que expresó la firme decisión del Vaticano de no firmar la controvertida Convención sobre los derechos de los discapacitados, por contener inaceptables elementos que promueven el aborto.
La controvertida convención fue aprobada por la asamblea general el pasado 13 de diciembre y deberá ser firmada por los Estados miembros el 30 de marzo.
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En una nota que acompaña al discurso de Mons. Migliore, se recuerda que “desde el inicio de los trabajos, en julio de 2002, la Santa Sede ha participado activamente en la redacción del documento, colaborando en la inclusión de referencias explícitas al respeto del derecho a la vida y al reconocimiento del papel de la familia en la vida de las personas discapacitadas. Sin embargo, en la etapa final de los trabajos, se han introducido, en los artículos 23 y 25, referencias inaceptables a la ‘salud reproductiva’ y por ese motivo, la Santa Sede ha decidido no adherir a la nueva Convención”.
En su intervención, el Arzobispo Migliore subrayó que “la Santa Sede ha pedido insistentemente que las personas con discapacidades sean integradas completamente en la sociedad, con el convencimiento de que poseen derechos humanos plenos e inalienables”.
Refiriéndose al artículo 23, afirmó que su delegación “interpreta todos los términos y frases sobre los servicios de planificación familiar, regulación de la fertilidad y matrimonio, así como la palabra ‘gender’ (género), como hizo en sus reservas y declaraciones de interpretación en las Conferencias de El Cairo, sobre Población y Desarrollo (1994) y de Beijing, sobre la Mujer (1995)”.
El Arzobispo Migliore señaló que el artículo 25, donde habla de la salud y más en concreto a la salud sexual y reproductiva, “la Santa Sede entiende el acceso a la salud reproductiva como un concepto global que no considera el aborto o el acceso al aborto como una dimensión en estos términos”.
Sin embargo, añadió el Prelado, “nos opusimos a la inclusión de esta frase en el artículo porque en algunos países los servicios de salud reproductiva incluyen el aborto, negando el derecho inherente a la vida de todo ser humano, que también es afirmado por el artículo 10 de la Convención”.
Según explicó Mons. Migliore, “Es trágico que la Convención, creada para proteger a los discapacitados de toda discriminación en el ejercicio de sus derechos, sea usada para negar el derecho fundamental a la vida de las personas discapacitadas no nacidas”.
la Santa Sede no puede firmarla