Un sacerdote salesiano italiano, que dedicó 60 años de su vida a evangelizar la localidad ecuatoriana de Cuenca en Ecuador, podría ser elevado a los altares.
Según informó la prensa ecuatoriana, las pertenencias personales y fotografías del sacerdote Carlos Crespi Croci, fallecido en abril de 1982 en Cuenca, fueron trasladadas a Legnano, Italia, su tierra natal, para una exposición donde se informará a su pueblo sobre el proceso de canonización, iniciado en 1992.
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"Carlos Crespi, sacerdote salesiano de origen italiano, ejerció su ministerio sacerdotal por más de cincuenta años en Cuenca y manifestó siempre una gran dedicación a su trabajo pastoral entre los niños y jóvenes, sobre todo entre los más pobres y marginados", explicó Luciano Bellini, Vicepostulador de la causa de canonización.
En Legnano ya se recogieron los testimonios sobre la vida de este Siervo de Dios. La causa cuenta con el apoyo del Arzobispo de Cuenca, Mons. Vicente Cisneros, y es coordinada por la Congregación Salesiana.
Misionero, investigador y científico italiano, el Padre Crespi nació en 1891, a los 16 años profesó sus votos religiosos como miembro de la Congregación Salesiana, y tres años después hizo su profesión perpetua.
Estudió teología y ciencias, dictaba eruditas conferencias de variados textos en el Instituto Docente de Valzalice, y en 1917 fue ordenado sacerdote. En 1921 obtuvo el grado de Doctor en Pedagogía, Música, Prehistoria, Arquitectura, Ingeniería Hidráulica, Topografía, Ecología, Etnografía y otras ciencias.
Dos años más tarde llegó a Cuenca, Ecuador, donde por 60 años se dedicó a la educación de los niños y la creación de un notable museo; fundó el Colegio Cornelio Merchán, el Colegio Normal Orientalista, el Filosofado y la Escuela de Artes y Oficios que más tarde se convirtió en el Colegio Técnico Salesiano.
Víctima de una larga enfermedad, el Padre Carlos Crespi murió en Cuenca el 30 de abril de 1982.