Una de las protagonistas del reciente escándalo que avergonzó al diario New York Times por publicar información falsa, ahora arremete contra la ley que eliminó el falaz aborto terapéutico en Nicaragua.
La representante de la transnacional abortista IPAS en Centroamérica, María Marta Blandón, reapareció ante la prensa para exigir que el gobierno sandinista derogue la reforma legal pro-vida y arguyó, sin pruebas, que ahora los médicos en el país no atienden a las mujeres que llegan con síntomas de aborto espontáneo a los centros de salud.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Blandón es la feminista abortista que presentó a la salvadoreña Karina del Carmen Herrera Clímaco como víctima del aborto ilegal en su país, cuando en realidad fue condenada a 30 años de cárcel por estrangular a su hija recién nacida. La feminista usó el caso de la homicida para recaudar fondos a favor de la despenalización del aborto en Centroamérica.
La historia presentada por IPAS con Blandón a la cabeza, llegó hasta el diario estadounidense New York Times, que tras conocer la verdad debió disculparse hace unas semanas ante sus lectores por publicar una historia falsa. Blandón nunca dio la cara a la prensa para responder sobre este tema.
Sin embargo, esta semana reapareció en los medios exigiendo en Nicaragua que se restituya el aborto terapéutico, a pesar que expertos médicos en todo el mundo reconocen que con los avances científicos actuales el aborto nunca es necesario para salvar la vida de una mujer enferma.
Según Blandón, cuando en octubre pasado se debatió en el Parlamento el tema del aborto terapéutico, los abortistas hicieron un pacto con los sandinistas. "Nosotras hablamos con muchas diputadas y diputados del Frente Sandinista que nos decían, sí, ustedes tienen razón, pero es una orden del partido, no podemos votar en contra. Pero no se preocupen, voten por nosotros en las elecciones y cuando ganemos arreglaremos la cuestión", indicó.
Blandón arguye ahora que en Nicaragua "se ha desatado una cacería de brujas. Los médicos no quieren atender a ninguna mujer que llega a un hospital o centro de salud con síntomas de amenaza de aborto, o con un aborto espontáneo. La ley es tan dura y ha sido tan grande el peso de los sectores conservadores en el Gobierno anterior que los médicos temen incurrir en un delito. Ya hemos tenido varios casos de mujeres que ingresan con síntomas de aborto y nadie las quiere atender. En el mundo rural algunas mujeres han perdido la vida", sin embargo no revela un solo dato verificable.
IPAS, que promueve el aborto como parte de los eufemísticos derechos sexuales y reproductivos, ha presentado un recurso de inconstitucionalidad ante la Corte Suprema para recuperar el aborto terapéutico en el país.