La Conferencia de Obispos Católicos de Canadá (CCCB) lanzó hoy un folleto sobre el sentido del sufrimiento y la muerte, publicado por la Organización Católica para la Vida y la Familia, en respuesta a la campaña que busca legalizar la eutanasia en el país.

Según informa el sitio pro-vida LifeSiteNews.com, a través de una nota de prensa, los obispos canadienses precisaron que el documento titulado "¿Para qué vivir, sufrir y morir?" busca hacer "que el lector recorra, a través de una poderosa contemplación, los misterios más grandes de la vida: dolor y sufrimiento".

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"Ya que el sufrimiento y la enfermedad aparecen en el curso normal de toda vida humana, la pregunta por su significado también surge cuando se reflexiona sobre el sentido de la vida", indica el documento.

Los cristianos están llamados a ayudar a quienes sufren por la enfermedad o por los dolores propios de la ancianidad, prosigue el texto, "para que mantengan el coraje hasta el fin natural de sus vidas". "Para los cristianos, este es el verdadero sentido de la ‘ayuda para morir’: es el apoyo que se le da a una persona hasta que Dios lo llama a su casa", añade.

Asimismo, el folleto precisa que para quienes sufren una enfermedad terminal, permitir a otros que velen por ellos es también un servicio en el que "se deja amar y acompañar para que otro tenga el privilegio de servir y amar a Cristo".

Al referirse a los cuidados paliativos, el texto explica que "al juntar los tratamientos sofisticados con el acompañamiento personal, marcado por la atención, la ternura y la compasión, muchos profesionales de la salud y voluntarios que trabajan en las unidades de cuidado paliativo y en hospicios confirman la dignidad de los enfermos terminales".

"Estos admirables equipos de solidaridad humana consideran todas las necesidades (físicas, sociales y espirituales) de las personas que han llegado al final de su vida terrena. Invitan a los moribundos a compartir la sabiduría obtenida con la experiencia" hasta "el momento más importante de sus vidas: su paso a la eternidad y su encuentro cara a cara con Dios".

El Episcopado canadiense destaca en su documento que "el sufrimiento no es inútil y no disminuye la dignidad humana. Ésta no depende ni de la calidad de nuestras vidas ni de nuestra autonomía. La dignidad humana encuentra su fuente en Dios, que ha creado al hombre a su imagen y semejanza y que nos llama a vivir y morir como Cristo".