El próximo 23 de enero se lanzará en esta capital el informe "Cargando la Cruz: La campaña del régimen militar por la restricción, discriminación y persecución de los cristianos en Burma" durante una reunión del grupo parlamentario inglés observador de este país (antiguamente conocido como Birmania y hoy Myanmar).
Este informe incluye un documento oficial del Ministerio de Asuntos Religiosos de Myanmar titulado "Programa para destruir la religión cristiana en Burma" que comienza con la frase "no debe existir hogar en donde se practique la religión cristiana" y que circula en Rangoon, capital de este país.
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Así lo indicó el sitio www.AsianTribune.com, según el cual "el informe será dado a conocer por el autor del mismo y oficial defensor de Solidaridad Cristiana Mundial (CSW) para el Sudeste Asiático, Benedict Rogers. Además, una delegación de activistas de Myanmar presentará evidencias de violaciones de los derechos humanos en el país".
El informe precisa que el régimen de Myanmar está "configurado por una mentalidad fascista que recuerda a Hitler y a los nazis". Quienes no se adaptan a la versión nacionalista del budismo, que es "una forma pervertida y distorsionada" del mismo, enfrentan "una serie peligrosas consecuencias" que van desde "la imposibilidad de conseguir permiso para construir iglesias hasta el asesinato de pastores en el estado de Chin".
El documento también cita una carta de seis páginas que las organizaciones cristianas enviaron al gobierno el año pasado en donde indicaban que "no podemos simplemente dejar pasar las cosas sin hacer nada. Esto es porque las asociaciones cristianas hemos estado sufriendo y sentimos un dolor profundo en nuestros corazones".
Para Rogers, "ya es tiempo de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas apruebe una resolución para detener las violaciones a los derechos humanos perpetradas por el régimen de Myanmar. Exigimos a la ONU que investigue las violaciones a la libertad religiosa en este país y que presione al actual régimen para que cambie. La gente de Myanmar, de todas las religiones y etnias, han sufrido por mucho tiempo".
Por su parte, el parlamentario John Bercow, co-director del grupo de observadores para la democracia en Myanmar y quien dirigirá la reunión en la que será presentado el informe, indicó que "toda la gente en Myanmar está sufriendo a manos de este régimen brutal, sin importar su religión o etnia. No hay duda que de los cristianos están recibiendo una dosis extra de discriminación y de abuso barbárico". "La ONU y la comunidad internacional tiene que terminar con la conducta sádica de estos dictadores", agregó.
En este informe también han participado la baronesa Cox, quien es parte de la Cámara de los Lores y que ha visitado las fronteras de Myanmar en distintas oportunidades, con el prólogo; y el ex obispo anglicano de Chelmsford, John Perry, con el prefacio.