El Arzobispo de Monterrey, Mons. Francisco Robles Ortega, lamentó la reciente legalización de uniones homosexuales en el estado de Coahuila e indicó que este tipo de leyes minan la mente de la sociedad y de las nuevas generaciones, a quienes les dan a entender que es indiferente si el matrimonio es heterosexual u homosexual.
En declaraciones a la prensa, el Prelado advirtió que "toda legislación que zanje en una cuestión como esta", equiparando las uniones del mismo sexo "con el matrimonio entendido como la unión entre un hombre y una mujer", va "minando en la mente de la sociedad, sobre todo en la mente de las generaciones nuevas".
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"La Iglesia no puede permitir eso, porque al margen de la creencia, al margen de la convicción que tenemos de que la palabra de Dios así lo dispone, el bien de la humanidad solamente se da si se respeta la unión natural de un hombre con una mujer", afirmó.
En ese sentido, pidió a las autoridades hacer prevalecer los valores y tradiciones de la sociedad y no ceder ante la presión de grupos minoritarios.
"La Iglesia dice hágase un análisis (del tema), tómese en cuenta a la ciudadanía en general y no se dejen guiar por la presión de grupos minoritarios. Es sabido y es claro que muchas de estas decisiones se toman por la presión e intereses de grupos más reducidos y a la sociedad en general se le sorprende", expresó Mons. Robles Ortega.
Coahuila es el segundo estado que aprueba las uniones del mismo sexo, luego de México DF. El Congreso local avaló el llamado Pacto Civil de Solidaridad que otorga beneficios jurídicos como herencia, administración de bienes y pensión alimenticia a parejas de hecho homosexuales y heterosexuales.
Quienes accedan al Pacto Civil de Solidaridad serán reconocidos como "compañeros solidarios o civiles" y su única salvedad es que si se trata de personas del mismo sexo, no podrán adoptar ni conceder la tutela de sus hijos a la pareja.