En medio de un arduo debate nacional suscitado en España tras el brutal atentado terrorista perpetrado por ETA días atrás en el aeropuerto de Barajas, el Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, abogó por una “paz auténtica” basada en “el derecho y la ley natural como gran punto de encuentro” y no en “el relativismo moral y jurídico” que conlleva “una paz relativa, de componendas y efímera”.
En su carta semanal “La paz, don de Dios y compromiso permanente”, el Prelado recuerda que ésta es tanto una tarea humana como un don divino y asegura que a los seres humanos "nos corresponde estar activos para captar, reconocer y poner en acción el conjunto de reglas de actuación individual", teniendo en cuenta que “es mucho más lo que nos une a la raza humana que lo que nos separa”.
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Más adelante, el Arzobispo asegura que “el derecho que necesitan los hombres y los pueblos ha de ser visto como algo mejor y más humano que la imposición de la fuerza sin relación con la razón”. Tampoco puede “quedar reducido a un límite enojoso contra la libertad humana”. En realidad, asegura, “todo derecho puede y debe inspirarse en las normas del derecho natural, que deben ser acogidas como una llamada a llevar a cabo fielmente el proyecto divino universal, inscrito en la naturaleza del ser humano”.
Igualmente, el Arzobispo recuerda las palabras el Papa Benedicto XVI en las que señala que el reconocimiento y el respeto de la ley natural “no es un asunto exclusivo ni de una cultura, ni de una confesión religiosa, porque suministra la gran base para el diálogo entre los creyentes de las grandes religiones e incluso los no creyentes". Por el contrario, "el derecho y la moral bien comprendida tienen su fundamento en la naturaleza humana".