El Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, destacó que “los grandes viajes apostólicos de 2006 han puesto las bases y han colocado las semillas muy fecundas en la comunidad internacional y en las iglesias locales, así como en la Iglesia Universal”, al recordar las visitas del Papa Benedicto XVI del año pasado.
El Purpurado resaltó, primeramente, que el viaje a Polonia fue para el Papa “un gran acto de agradecimiento a esa nación que nos ha dado al Papa Juan Pablo II. Una nación que ha sufrido durante su historia por los extremismos y regímenes que la han martirizado”.
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Benedicto XVI, recordó el Cardenal Bertone, “fue acogido –él mismo dijo eso– no como extranjero sino como Vicario de Cristo, con mucho entusiasmo por parte de la Iglesia polaca que es una iglesia viva, corajuda, fiel, que se ha visto inmersa –como hemos indicado antes– en momentos de incertidumbre”.
En opinión del Secretario de Estado Vaticano, el viaje a Alemania “le permitió al Santo Padre refrescar grandemente la relación entre la fe y la razón, un tema muy querido por Juan Pablo II y que el Papa Benedicto ha retomado, desarrollado y ampliado con sus reflexiones, ya como cardenal y ahora como Papa”.
Esta visita a su tierra natal “colocó las bases para su gran viaje a Turquía: el viaje de aproximación al problema del Islam, con los discursos centrales y los encuentros con las personalidades políticas y religiosas de ese mundo, de esa nación, del mundo islámico, y por ello, con la apertura, la acogida extraordinaria y con la reafirmación de la firme intención de la Iglesia de proseguir por la vía del diálogo y la convergencia de todos los recursos sanos de las religiones y de las sociedades para alcanzar el progreso, la promoción de la vida, la familia y la paz”, dijo el Purpurado italiano.
“El viaje a España ha focalizado el rol de la familia, de la familia verdadera de acuerdo al plan de Dios, de la familia fundada en el matrimonio, en la relación hombre-mujer y en la identidad del hombre y la mujer que no deben ser conculcados por ninguna intención o proyecto humano”, aseguró el Cardenal Bertone.