La influyente revista científica “Nature Biotechnology” ha publicado los resultados de una revolucionaria investigación según la cual el líquido amniótico podría ser una valiosa fuente de células madre.
El estudio revela que las células que se encuentran en el líquido amniótico, en el que “flotan” los bebés en el vientre materno y que se libera en significativas cantidades al momento del parto, pueden generar diferentes tejidos como el óseo, muscular o hepático.
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Según los científicos, esta capacidad las convierte en una fuerte esperanza para futuros tratamientos que posee incluso importantes ventajas sobre las células madre embrionarias; que además plantean el problema ético de crear seres humanos para utilizar sus células y luego eliminarlos.
Según el estudio, realizado por el equipo del Doctor Anthony Atala, principal investigador y director del Instituto de Medicina Regenerativa de la Universidad Wake Forest, el 1% de las células del líquido amniótico recogidas en una prueba diagnóstica regular, tienen en su superficie un tipo de antígeno (llamado c-Kit), el mismo que presentan las células madre embrionarias.
Mediante un medio de cultivo, se pueden obtener líneas celulares estables, denominadas células madre de líquido amniótico.
“Nuestra esperanza es que estas células ofrezcan una fuente valiosa para reparar tejidos y para la ingeniería de órganos también”, señaló el Dr. Atala.
“Se sabía desde hacía décadas que tanto la placenta como el líquido amniótico contienen múltiples tipos de células progenitoras para el desarrollo del embrión, incluida la grasa, el hueso y el músculo”, explicó el experto.
Pruebas
Para comprobar que las nuevas células diferenciadas eran funcionales, los científicos marcaron las células y pudieron observar cómo se integraron, después de inyectarlas, en el cerebro de ratones y se mantuvieron viables durante dos meses. También se aplicaron a células hepáticas; donde los investigadores comprobaron que también las células madre funcionaron, produciendo algunas de las proteínas típicas de las células del hígado y además urea, una característica específica de la función hepática.
Pero la prueba más contundente de la utilidad de las células para la ingeniería genética fue cuando estos expertos probaron que éstas podía formar hueso.
Para ello se utilizaron células madre amnióticas humanas y se impregnaron moldes con ellas. Estos moldes se implantaron en ratones y después de ocho semanas se recuperaron y analizaron. Lo que se observó es que se había formado tejido óseo.
Ventajas
Una ventaja que presentan las células madre amnióticas sobre las embrionarias es que se pueden obtener fácilmente, y cada 36 horas se duplican en un medio de cultivo.
Además, no requieren de otras células para su cultivo y presentan un bajo riesgo de formar tumores, riesgo que tienen las embrionarias, lo que es positivo para aplicaciones terapéuticas.