Durante la reunión sostenida esta mañana en la Sala Regia del Palacio Apostólico Vaticano con los 175 miembros del Cuerpo Diplomático, el Papa Benedicto XVI pasó revista a la situación del mundo en cada continente; y propuso luego la construcción de un “humanismo integral” para garantizar la paz en el mundo.
En la parte más extensa de su largo y detallado discurso, el Pontífice señaló que “al considerar la situación política en los distintos continentes, encontramos aún muchos motivos de preocupación y de esperanza”.
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África
Respecto de África, el Pontífice señaló que “el drama de Darfour continúa y se extiende a las regiones fronterizas del Chad y de la República Centroafricana. La comunidad internacional parece impotente desde hace casi cuatro años, a pesar de las iniciativas destinadas a aliviar a las poblaciones indefensas y a aportar una solución política”.
Luego señaló que “la situación en el Cuerno de África se ha agravado recientemente con la reanudación de las hostilidades y la internacionalización del conflicto”. “En Uganda, es preciso alentar los avances de las negociaciones entre las partes, de cara a poner fin a un conflicto cruel en el que se han reclutado incluso numerosos niños obligados a hacer de soldados”, agregó.
“La Región de los Grandes Lagos se ha visto ensangrentada, después de años, por guerras feroces. Con satisfacción y esperanza conviene acoger la reciente evolución positiva, en particular la conclusión de la fase de transición política en Burundi y más recientemente en la República Democrática del Congo”.
“Finalmente, quisiera mencionar Costa de Marfil, exhortando a las partes implicadas a crear un clima de confianza recíproca que pueda llevar al desarme y a la pacificación, y, por otra parte, África Austral: en estos países, millones de personas se ven reducidas a una situación muy vulnerable, que exige la atención y el apoyo de la comunidad internacional”.
El Santo Padre destacó las “señales positivas para África”, como la voluntad de mantener este continente en el centro de su atención, y también de reforzar las instituciones continentales y regionales, que da prueba de la intención de los países interesados de hacerse cada vez más responsables de su propio destino”.
América
Benedicto XVI comenzó su reflexión sobre América confirmando su viaje apostólico que “el próximo mes de mayo haré a Brasil”.
Sobre la región, señaló que “la mejora de algunos índices económicos, el compromiso en la lucha contra el tráfico de drogas y contra la corrupción, los distintos procesos de integración, los esfuerzos para mejorar el acceso a la educación, para combatir el desempleo y para reducir desigualdades en la distribución de las rentas, son índices que se han de destacar con satisfacción”.
“Si estos progresos se consolidan –dijo el Papa–, podrán contribuir de manera determinante a vencer la pobreza que aflige a vastos sectores de la población y aumentar la estabilidad institucional”.
Al referirse a las recientes elecciones realizadas en varios países de la región, Benedicto XVI subrayó que la democracia “está llamada a tener en cuenta las aspiraciones del conjunto de los ciudadanos, a promover el desarrollo en el respeto de todos los miembros de la sociedad, según los principios de la solidaridad, de la subsidiariedad y de la justicia”.
Sin embargo, el Papa advirtió que “conviene ponerse en guardia frente al riesgo de un ejercicio de la democracia que se transforme en dictadura del relativismo, proponiendo modelos antropológicos incompatibles con la naturaleza y la dignidad del hombre”.
“Mi atención –continuó– se dirige muy especialmente hacia algunos países, en particular Colombia, donde el largo conflicto interno ha provocado una crisis humanitaria, sobre todo por lo que se refiere a las personas desplazadas. Se deben hacer todos los esfuerzos necesarios para pacificar el país, para devolver las personas secuestradas a sus familias, para volver a dar seguridad y una vida normal a millones de personas”.
“Nuestra mirada se dirige a Cuba”, siguió el Santo Padre. “Con el deseo de que cada uno de sus habitantes pueda realizar sus aspiraciones legítimas en favor del bien común, permitidme que retome la llamada de mi venerado Predecesor: ‘Que Cuba se abra al mundo y el mundo a Cuba’. La apertura recíproca con los demás países redundará en beneficio de todos”.
“No lejos de allí –agregó–, el pueblo haitiano vive todavía en una gran pobreza y en la violencia. Formulo mis votos para que el interés de la comunidad internacional, manifestado entre otras iniciativas por las conferencias de donantes que tuvieron lugar en 2006, lleve a la consolidación de las instituciones y permita al pueblo convertirse en protagonista de su propio desarrollo, en un clima de reconciliación y concordia”.
Asia
Sobre el continente asiático, el Papa Benedicto XVI habló primero de China e India, “países en plena expansión, deseando que su presencia creciente en la escena internacional conlleve beneficios para sus propias poblaciones y para las otras naciones”.
“Igualmente, formulo votos por Vietnam, recordando su reciente adhesión a la Organización Mundial del Comercio”.
Pero el Pontífice acentuó que “mi pensamiento se dirige a las comunidades cristianas. En la mayor parte de los países de Asia se trata a menudo de comunidades pequeñas, pero vivas, que desean legítimamente poder vivir y actuar en un clima de libertad religiosa. Éste es un derecho primordial y al mismo tiempo una condición que les permitirá contribuir al progreso material y espiritual de la sociedad, actuando como elementos de cohesión y concordia”.
“Peligrosos focos de tensión se fraguan en la Península de Corea” advirtió el Papa; al pedir que se busque “en el marco de la negociación el objetivo de la reconciliación del pueblo coreano y la desnuclearización de la península, que tantos efectos beneficiosos tendría en toda la región”.
“En Afganistán, es necesario deplorar, a lo largo de los últimos meses, el aumento notable de la violencia y los ataques terroristas, que dificultan el camino hacia una salida de la crisis gravando pesadamente sobre las poblaciones locales”.
El Papa destacó luego que “Oriente Medio es fuente también de grandes inquietudes”.
“Renuevo mi urgente llamado a todas las partes implicadas en el complejo tablero político de la región, con la esperanza que se consoliden las señales positivas entre israelíes y palestinos, verificadas durante las últimas semanas. La Santa Sede no se cansará nunca de repetir que las soluciones armadas no conducen a nada, como se ha visto en el Líbano el verano pasado”.
“Esta misma confianza –prosiguió– aumentará si un país como Irán, especialmente en lo que concierne a su programa nuclear, acepta dar una respuesta satisfactoria a las legítimas preocupaciones de la comunidad internacional”.
Europa
Hablando de Europa, el Santo Padre destacó que “nuevos países de larga tradición cristiana como Bulgaria y Rumania, han entrado en la Unión Europea”.
“Deseo que los valores fundamentales que están a la base de la dignidad humana sean protegidos plenamente, en particular la libertad religiosa en todas sus dimensiones, así como los derechos institucionales de las Iglesias”, agregó.
“Es importante –insistió el Sumo Pontífice– superar las tensiones del pasado, promoviendo la reconciliación a todos los niveles, ya que sólo ésta es la que permite construir el futuro y favorecer la esperanza. Pido también a todos los que en el continente europeo son tentados por el terrorismo, que cesen toda actividad de este género, ya que tales comportamientos, que hacen prevalecer la violencia ciega y provocan el miedo en la población, constituyen una vía sin salida”.
El Papa expresó también su deseo que “la región de los Balcanes alcance la estabilidad que todos esperan, de modo particular gracias a la integración en las estructuras continentales por parte de las naciones que la componen, así como al apoyo de la comunidad internacional”.
El Pontífice concluyó señalando que la Iglesia, “en su compromiso al servicio del hombre y de la construcción de la paz, está al lado de todas las personas de buena voluntad, ofreciendo una colaboración desinteresada. ¡Que juntos, cada uno en su puesto y con sus propios talentos, sepamos trabajar en la construcción de un humanismo integral, el único que puede garantizar un mundo pacífico, justo y solidario!”.
Lea aquí el discurso completo del Santo Padre: http://www.aciprensa.com/Docum/benedictoxvi/documento.php?id=90