Tanto la Conferencia Episcopal de Polonia como la Santa Sede emitieron hoy sendos comunicados respondiendo enérgicamente a las infundadas acusaciones lanzadas contra el recientemente nombrado Arzobispo de Varsovia, Mons. Stanislaw Wielgus.
El comunicado de la Presidencia de la Conferencia Episcopal de Polonia señala que con relación a las acusaciones lanzadas al Arzobispo Stanislaw Wielgus por parte de los medios de comunicación polacos –respecto a que habría colaborado con el régimen comunista–, la presidencia de la Conferencia Episcopal Polaca llama la atención sobre la lesión pública que han cometido al derecho "a la buena fama de una persona”.
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“La situación que se ha determinado provoca una inquietud aún mayor desde el momento que se ha creado un grave ejemplo de ‘lustración salvaje’ (lustración es el término técnico para el procedimiento de reconocimiento de responsabilidad de colaboración con los órganos de seguridad del régimen comunista)”.
Los obispos polacos aclaran que “esa situación es especialmente ofensiva en el caso de un eclesiástico: efectivamente, el hecho de una conversación de un sacerdote con los representantes de los servicios de seguridad comunista no puede de por sí atestiguar una colaboración inmoral, dado que no pocas veces esa conversación era de índole administrativa, o debía llevarse a cabo por motivos pastorales o de estudios, con el consenso de su obispo”.
“Pedimos por ello que se respete la decisión del Santo Padre Benedicto XVI, que ha manifestado su confianza a la persona nombrada, confiándole el oficio de Arzobispo metropolitano de Varsovia”, dice el comunicado.
“Expresamos nuestra solidaridad con el Arzobispo Stanislaw Wielgus, confiamos a Dios su persona y el nuevo ministerio que desempeña. Confiamos que el revuelo creado por los medios de información no estropee la atmósfera religiosa y familiar que acompaña las fiestas de Navidad”, concluye el mensaje de los obispos polacos.